01-04-2013, 11:04 PM
Las ninfas son unas preciosas aves del orden de los psitácidos que pertenecen a la familia de las cacatúas, aunque son bastante más pequeñas. Son originarias de Australia, donde se las puede hallar en todo el territorio.
Son muy apreciadas como mascotas por su carácter dócil y por ser mucho menos demandantes en cuanto a sus cuidados que los loros más grandes. Ellas se adaptan perfectamente a la vida en el hogar, son fáciles de cuidar y si se las educa desde pequeñas se convierten en unas mascotas adorables y muy cariñosas.
Las ninfas o carolinas se caracterizan por tener una cresta, como las cacatúas, pero su tamaño es mucho menor y no superan los 35 cm desde la cabeza hasta la cola. De esta longitud casi la mitad corresponde solamente a las largas plumas de la cola. Su color original es gris, con unas manchas naranjas en las mejillas y la cabeza y cresta amarillas, pero al criarlas en cautiverio se han obtenido otras coloraciones, como cobre, ágatas, perladas, pintos de verde, canela y lutinas o albinas.
Es importante acostumbrarlas al contacto con las personas desde muy pequeñas si quieres tener una ninfa que no sea agresiva. Por lo general ellas disfrutan de compartir algún tiempo con las personas y se apegan bastante a sus dueños, aunque a algunas no les gusta que los tomes en tus manos. Los machos pueden cantar y aprender a imitar unas cuantas palabras, pero son mucho mejores imitando sonidos, como melodías, sirenas, ringtones o el canto de otras aves. Las hembras vocalizan mucho menos pero suelen ser también más cariñosas. Sus manchas tienen colores menos vivos que los machos.
Son muy apreciadas como mascotas por su carácter dócil y por ser mucho menos demandantes en cuanto a sus cuidados que los loros más grandes. Ellas se adaptan perfectamente a la vida en el hogar, son fáciles de cuidar y si se las educa desde pequeñas se convierten en unas mascotas adorables y muy cariñosas.
Las ninfas o carolinas se caracterizan por tener una cresta, como las cacatúas, pero su tamaño es mucho menor y no superan los 35 cm desde la cabeza hasta la cola. De esta longitud casi la mitad corresponde solamente a las largas plumas de la cola. Su color original es gris, con unas manchas naranjas en las mejillas y la cabeza y cresta amarillas, pero al criarlas en cautiverio se han obtenido otras coloraciones, como cobre, ágatas, perladas, pintos de verde, canela y lutinas o albinas.
Es importante acostumbrarlas al contacto con las personas desde muy pequeñas si quieres tener una ninfa que no sea agresiva. Por lo general ellas disfrutan de compartir algún tiempo con las personas y se apegan bastante a sus dueños, aunque a algunas no les gusta que los tomes en tus manos. Los machos pueden cantar y aprender a imitar unas cuantas palabras, pero son mucho mejores imitando sonidos, como melodías, sirenas, ringtones o el canto de otras aves. Las hembras vocalizan mucho menos pero suelen ser también más cariñosas. Sus manchas tienen colores menos vivos que los machos.