31-03-2013, 10:38 PM
Los guacamayos forman parte de la familia de los loros y son especialmente hermosos y coloridos.
Muchos guacamayos tienen un plumaje muy brillante. Su colorido encaja a la perfección en las selvas tropicales de América Central y del Sur, con sus verdes hojas y sus frutas y flores de vistosos colores. Estas aves presumen de pico grande y robusto, que rompe con facilidad frutos secos y semillas. Su lengua seca y escamosa tiene un hueso que las convierte en una eficaz herramienta para golpear las frutas.
La forma de las patas de los guacamayos les permite agarrarse a las ramas y coger, sujetar y examinar todo tipo de cosas. Estas aves lucen con elegancia sus colas, que son muy largas.
Los guacamayos son aves inteligentes y sociales que suelen juntarse en bandadas de entre 10 y 30 miembros. Sus graznidos y chillidos retumban a través de la selva. Además, vocalizan para comunicarse con los demás miembros de la bandada, marcar territorio e identificarse entre ellos. Algunas especies incluso imitan el habla humana.
Las bandadas duermen en los árboles por la noche y por la mañana vuelan largas distancias para conseguir frutas, frutos secos, insectos y caracoles con los que alimentarse. Algunas especies también comen tierra húmeda, lo que les ayuda a neutralizar las sustancias químicas de las frutas y a relajar el estómago.
Los guacamayos se emparejan para toda la vida. No sólo se aparean juntos, sino que también comparten la comida y se acicalan juntos. En la época de gestación, las hembras incuban los huevos mientras el macho sale a cazar y lleva comida al nido.
Hay 17 especies distintas de guacamayos y muchas están amenazadas. Estos traviesos animalitos son muy apreciados como mascotas y muchos son atrapados de forma ilegal para abastecer este mercado. Las selvas tropicales, donde viven muchas especies, también están desapareciendo a un ritmo alarmante.
Los guacamayos jacinto, de frente roja y de garganta azul están amenazados. Los guacamayos glaucos y de spix probablemente ya estén extinguidos en la naturaleza.
Sacado de http://www.nationalgeographic.es
Muchos guacamayos tienen un plumaje muy brillante. Su colorido encaja a la perfección en las selvas tropicales de América Central y del Sur, con sus verdes hojas y sus frutas y flores de vistosos colores. Estas aves presumen de pico grande y robusto, que rompe con facilidad frutos secos y semillas. Su lengua seca y escamosa tiene un hueso que las convierte en una eficaz herramienta para golpear las frutas.
La forma de las patas de los guacamayos les permite agarrarse a las ramas y coger, sujetar y examinar todo tipo de cosas. Estas aves lucen con elegancia sus colas, que son muy largas.
Los guacamayos son aves inteligentes y sociales que suelen juntarse en bandadas de entre 10 y 30 miembros. Sus graznidos y chillidos retumban a través de la selva. Además, vocalizan para comunicarse con los demás miembros de la bandada, marcar territorio e identificarse entre ellos. Algunas especies incluso imitan el habla humana.
Las bandadas duermen en los árboles por la noche y por la mañana vuelan largas distancias para conseguir frutas, frutos secos, insectos y caracoles con los que alimentarse. Algunas especies también comen tierra húmeda, lo que les ayuda a neutralizar las sustancias químicas de las frutas y a relajar el estómago.
Los guacamayos se emparejan para toda la vida. No sólo se aparean juntos, sino que también comparten la comida y se acicalan juntos. En la época de gestación, las hembras incuban los huevos mientras el macho sale a cazar y lleva comida al nido.
Hay 17 especies distintas de guacamayos y muchas están amenazadas. Estos traviesos animalitos son muy apreciados como mascotas y muchos son atrapados de forma ilegal para abastecer este mercado. Las selvas tropicales, donde viven muchas especies, también están desapareciendo a un ritmo alarmante.
Los guacamayos jacinto, de frente roja y de garganta azul están amenazados. Los guacamayos glaucos y de spix probablemente ya estén extinguidos en la naturaleza.
Sacado de http://www.nationalgeographic.es