Probablemente, hoy en día, lo más parecido a un dinosaurio que podemos encontrar, por ejemplo a un velociraptor, es el Casuario. Una feroz y ave agresiva, con una fama de mala leche propia de cualquier ogro cascarrabias.
Los Casuarios, viven en las selvas húmedas y tropicales de Australia y Nueva Guinea. Son animales que prácticamente se alimentan de frutas y otros vegetales, aunque si puede cazar a pequeños animalitos, también se los come.
Es de plumaje oscuro en los adultos y marrón para ejemplares jóvenes. Las plumas del cuello son de color azulado y rojas en las puntas. Pero la característica más significativa del casuario es la protuberancia ósea que corona la cabeza, un casco en forma de cuña que le protege la cabeza cuando se precipita corriendo a 50 km/h por la densa maleza de la selva.
En muchas especies los machos matan a las crías que no son suyas para así provocar el celo de las hembras y poder tener su descendencia. Pero las hembras de casuario han sido más inteligentes y para evitar esto se aparean con varios machos y por tanto, en el nido colocado en el suelo boscoso, hay huevos tanto de unos machos como otros. Los jóvenes pichones están con su madre y con su padre durante 9 meses, aprendiendo de ella todo aquello que necesita hasta que es lo suficientemente grande para buscar su propia zona de recolecta y caza.
Son durante esos primeros 9 meses, es cuando los casuarios están más agresivos, pudiendo llegar a ser peligroso e incluso matar a una persona adulta dando zarpazos y patadas con una inmensa fuerza y con unas garras, o mejor dicho zarpas, capaces de desgarrar la piel.
http://youtu.be/nOPVVdg8noc