22-04-2014, 08:44 PM
En las aves rapaces, se llama población flotante a la fracción de la población que no se reproduce. Normalmente está formada por ejemplares inmaduros, que todavía no han alcanzado suficiente edad como para reproducirse y por ejemplares subadultos (que ya podrían reproducirse) e incluso por adultos que no han sido capaces de conseguir un territorio reproductor.
Esta población flotante es muy variable, por ejemplo, en las especies de tamaño pequeño que normalmente se reproducen en su primer año de vida, la población flotante puede ser muy pequeña. En cambio, en especies de mayor tamaño, que tarden mucho tiempo en alcanzar la madurez sexual, la fracción de la población que corresponda a este grupo flotante puede llegar incluso a ser mayor que la propia fracción reproductora.
Los quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) inmaduros hacen vuelon de dispersión de enormes distancias, estos jóvenes todavía no reproductores forman parte de la población flotante de esta especie.
¿Son importantes estas poblaciones flotantes? Obviamente sí y mucho. Frecuentemente en los estudios que se hacían de rapaces hasta hace unos años, la población flotante era casi siempre ignorada. Esto era debido a que son individuos mucho más difíciles de localizar que los reproductores que están ligados a un territorio definido. En muchas rapaces esta fracción de animales dispersantes no se ha conocido en profundidad hasta que se han hecho censos exhaustivos y hoy en día haría falta un esfuerzo mayor para conocer muchos datos que todavía se desconocen.
Normalmente los individuos jóvenes que conforman estas poblaciones flotantes pasan sus primeros años de vida dispersándose, a veces, a distancias muy grandes de los territorios donde han nacido. Esta dispersión juvenil es un elemento crucial para la dinámica, la trayectoria, la distribución espacio-temporal y la estabilidad de las poblaciones. Por lo general, las rapaces siente una querencia por el territorio donde han nacido y tras esta etapa dispersante vuelven a ese territorio o a zonas cercanas a él para reproducirse. A veces estos territorios están ocupados y, o bien no se reproducen, pasando a formar parte de la población flotante como hemos visto, o colonizan nuevos territorios de cría. Esta movilidad de los ejemplares dispersantes es importante porque se asientan en los territorios que más lo necesitan, es decir, donde no hay un exceso de población, lo cual tiende a una estabilidad en la población.
El plumaje de esta águila imperial ibérica (Aquila adalberti) nos indica que es un ejemplar inmaduro.
Conocer en detalle la población flotante de una rapaz es importante para establecer planes de conservación eficaces dado que a veces los territorios de cría poco o nada tienen que ver con las zonas que ocupan estos individuos jóvenes. Por poner un ejemplo, típicamente un águila real o un búho real buscaran un terreno escarpado con importantes roquedos para instalar su nido pero las zonas por donde se suelen encontrar a los ejemplares jóvenes y dispersantes, suelen ser terrenos más bien abiertos. Habitualmente los planes de conservación suelen restringirse a las zonas de cría que suelen coincidir con paisajes más vistosos (montañas, sierras...) pero si la amenaza que compromete a la viabilidad de la población se encuentra en los territorios que ocupan los pájaros jóvenes puede que quede fuera de las acciones conservadoras y la población flotante se vea mermada consecuencia de ello y como hemos detallado antes, a veces la población flotante supera en número a la población reproductora.
Por tanto, es de importancia capital conocer bien las poblaciones flotantes de las aves rapaces porque puede que el enfoque de los planes de conservación no sea el adecuado. En los jóvenes está el futuro de la población.
Esta población flotante es muy variable, por ejemplo, en las especies de tamaño pequeño que normalmente se reproducen en su primer año de vida, la población flotante puede ser muy pequeña. En cambio, en especies de mayor tamaño, que tarden mucho tiempo en alcanzar la madurez sexual, la fracción de la población que corresponda a este grupo flotante puede llegar incluso a ser mayor que la propia fracción reproductora.
Los quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) inmaduros hacen vuelon de dispersión de enormes distancias, estos jóvenes todavía no reproductores forman parte de la población flotante de esta especie.
¿Son importantes estas poblaciones flotantes? Obviamente sí y mucho. Frecuentemente en los estudios que se hacían de rapaces hasta hace unos años, la población flotante era casi siempre ignorada. Esto era debido a que son individuos mucho más difíciles de localizar que los reproductores que están ligados a un territorio definido. En muchas rapaces esta fracción de animales dispersantes no se ha conocido en profundidad hasta que se han hecho censos exhaustivos y hoy en día haría falta un esfuerzo mayor para conocer muchos datos que todavía se desconocen.
Normalmente los individuos jóvenes que conforman estas poblaciones flotantes pasan sus primeros años de vida dispersándose, a veces, a distancias muy grandes de los territorios donde han nacido. Esta dispersión juvenil es un elemento crucial para la dinámica, la trayectoria, la distribución espacio-temporal y la estabilidad de las poblaciones. Por lo general, las rapaces siente una querencia por el territorio donde han nacido y tras esta etapa dispersante vuelven a ese territorio o a zonas cercanas a él para reproducirse. A veces estos territorios están ocupados y, o bien no se reproducen, pasando a formar parte de la población flotante como hemos visto, o colonizan nuevos territorios de cría. Esta movilidad de los ejemplares dispersantes es importante porque se asientan en los territorios que más lo necesitan, es decir, donde no hay un exceso de población, lo cual tiende a una estabilidad en la población.
El plumaje de esta águila imperial ibérica (Aquila adalberti) nos indica que es un ejemplar inmaduro.
Conocer en detalle la población flotante de una rapaz es importante para establecer planes de conservación eficaces dado que a veces los territorios de cría poco o nada tienen que ver con las zonas que ocupan estos individuos jóvenes. Por poner un ejemplo, típicamente un águila real o un búho real buscaran un terreno escarpado con importantes roquedos para instalar su nido pero las zonas por donde se suelen encontrar a los ejemplares jóvenes y dispersantes, suelen ser terrenos más bien abiertos. Habitualmente los planes de conservación suelen restringirse a las zonas de cría que suelen coincidir con paisajes más vistosos (montañas, sierras...) pero si la amenaza que compromete a la viabilidad de la población se encuentra en los territorios que ocupan los pájaros jóvenes puede que quede fuera de las acciones conservadoras y la población flotante se vea mermada consecuencia de ello y como hemos detallado antes, a veces la población flotante supera en número a la población reproductora.
Por tanto, es de importancia capital conocer bien las poblaciones flotantes de las aves rapaces porque puede que el enfoque de los planes de conservación no sea el adecuado. En los jóvenes está el futuro de la población.