27-08-2014, 11:10 PM
EL PINZON COMUN MUTADO
Latín: Fringilla coelebs
Castellano: pinzón común
Catalán: pinsà comú
Gallego: Pimpín común
Eusquera: Txonta arrunt
Historial de una temporada de cría
Principios de Enero del año 2009. El año ha comenzado con bastantes días de lluvia, como consecuencia días oscuros, cortos y fríos. Como cada año, en estas fechas empiezo a preparar mis parejas reproductoras y así puedo observar con tiempo si fenotípicamente se complementan, si congenian y si son los ejemplares idóneos para obtener las mutaciones que deseo conseguir.
Realizo la cría en voladeras exteriores y por lo tanto ésta va muy acorde a la climatología, si el tiempo es bueno la cría se adelanta y si es frío y lluvioso se retrasa.
La alimentación que les doy hasta el mes de Enero es bastante sencilla, mixtura para pinzones y algo de pasta para insectívoros. A partir de este mes los días ya van siendo más largos y poco a poco la temperatura va subiendo progresivamente, así nuestras aves tienen más tiempo para alimentarse y a más alimento más energía.
Observamos que poco a poco nuestros pájaros van cambiando, las hembras están más nerviosas y con mayor actividad, los machos van incrementando su canto día a día, su pico se pone de color oscuro cuando están en plenitud del celo.
Durante los meses invernales de Enero a Marzo acostumbro y recomiendo tener las parejas en jaulas pequeñas para que, especialmente, las hembras se amansen, pues he comprobado que dejándolos todo el año en voladera se vuelven más ariscos. En el caso del macho no suele ser de importancia, pero sí lo será en el de la hembra. El pinzón es un pájaro bastante receloso, en especial la hembra, que si no se siente segura, en el sitio que le hemos asignado para criar, no nos criará. Tal vez construya el nido, lo desmonte, lo vuelva a montar, pero no pondrá un solo huevo y si lo hace ni siquiera intentará incubarlos, por eso es importante que pasen el invierno en jaula pequeña para que cuando las pongamos en jaulas más grandes o voladeras se sientan más seguras y críen.
Desde principios de Enero, además de la mixtura para pinzones y la pasta de insectívoros, comienzo a suministrar dos días a la semana, por pareja, cinco / seis larvas de tenebrio ó llamados también gusanos de la harina, también en bizcochera aparte empiezo a ponerles germinado, compuesto por negrillo, pipa negra y cañamón, siendo esta última semilla la que mejor comen.
El tiempo va pasando, atrás van quedando los fríos días invernales con sus noches gélidas y largas. Si nuestras aves hicieron una buena muda y entraron en la estación invernal con una buena reserva de grasas , habrán superado esta estación sin problemas, pues el pinzón es un pájaro de zonas frías y aguanta bien las bajas temperaturas y rigores invernales.
Llegó el mes de Marzo y con él, el cambio de estación. La primavera con su fuerza renovadora se empieza a hacer notar. Los machos ya empiezan con su potente canto a marcar su territorio. Es el momento de unir las parejas.
A finales de este mes los reproductores ya los pongo en la voladera que les he preparado para su reproducción. Esta ya tiene que tenerlo todo a punto: saltadores, porta nidos, ramas de camuflaje, refugios contra la lluvia, comederos, bebederos etc.
Referente al portanidos prefiero los de caja abierta por la parte frontal, ya que el techo y los laterales protegen de la lluvia y también la hembra, cuando está incubando, puede defender mejor el nido y al estar este protegido por la parte superior los noveles de la cría anterior no manchan los huevos. Pues la hembra acostumbra a poner sobre los diecisiete días y los pequeños hace tres o cuatro días que han abandonado el nido y aún tienen que estar con los padres hasta un día antes de que salga la siguiente nidada. La hembra aunque esté incubando sale y les da de comer, pues estos todavía no comen solos y hay machos que no colaboran mucho en la cría.
Los portanidos, en el caso del pinzón, los pongo siempre en sitio con sombra nunca que les dé el sol directo, pues el pinzón soporta mal el sol. Además como la hembra sobre los ocho / diez días ya se sale del nido los pequeños podrían morir de calor.
Aprovecho el momento de echar los reproductores a la voladera para hacer una pequeña pero importante revisión de los ejemplares. A la hembra le arreglo el pico y las uñas por si son demasiado largas, ya sabemos que a veces son la causa de desagradables accidentes si el pájaro se queda enganchado en el sitio menos pensado. En el caso del macho además del pico y las uñas también le recorto un poco las plumas remeras de un ala pues es normal que al unir las parejas haya enfrentamientos entre el macho y la hembra y en estos casos es importante que el macho esté un poco en desventaja, dado que en ocasiones las llegan a matar. Hay criadores que recortan bastante las remeras de ambas alas y también les funciona, pero yo personalmente prefiero que el macho vuele, pues hay machos que crían bien, dan de comer a la hembra, a los pequeños e incluso alguno lo he visto limpiar el nido por este motivo sólo les recorto un poco las remeras de un ala, para que pueda volar y colaborar en la cría.
Es importante conocer el carácter de los machos. Los hay que no son tan buenos padres, pero algo también colaboran, en cambio hay otros que mejor que no puedan acceder al nido los primeros días del nacimiento de los pequeños, pues los arrojan al suelo. Por ese motivo yo un día antes de la eclosión de los huevos pongo el macho en una jaula pequeña, colgando esta dentro de la voladera para que el macho no pierda el vínculo con su hembra y su nido. Pasados siete días si la hembra ha dado bien de comer, cosa que en esta temporada todas lo han hecho, los recién nacidos ya tienen buen tamaño, pues el pinzón crece muy rápido. Entonces dejo salir el macho de su jaula pequeña, como ya he dicho antes algunos colaboran muy bien en la cría y otros no tanto, pero es importante que vuelva a cubrir a la hembra pues ésta a los catorce / quince días comienza la siguiente puesta, y de esta manera estará fecundada.
Apartando el macho estos primeros siete días, nunca me he encontrado que me tiren los pequeños del nido, cosa que suele suceder si no separamos el macho.
Estamos ya en el mes de Mayo, las cuatro parejas que preparé ya están con sus nidos construidos y realizando su primera puesta de cuatro y cinco huevos por pareja. Las hembras a partir del tercer huevo empiezan a incubar. Los machos ya no cesan de cantar, marcando su territorio de cría. En la dieta, desde el momento en que la hembra empieza a incubar, no deben faltar insectos tipo larvas búfalo y pinkis pues en estas fechas tanto el macho como la hembra, prácticamente, es de lo que se alimentan y éste también será el alimento principal de los recién nacidos. Los huevos eclosionan a los doce / trece días. Procuro poner en la jaula pequeña al macho el día antes del nacimiento para no correr riesgos de que arroje los pequeños del nido.
Todas las parejas sacaron bien esta primera postura, excepto una de ellas que los huevos no estaban fecundados. Esta la dejé que siguiera incubando por si la necesitaba de nodriza.
Una norma importante a tener en cuenta es que a las hembras de pinzón no se les deben cambiar los huevos pues enseguida se dan cuenta del cambio y los tiran o abandonan el nido, pero sin embargo aceptan sin problema pajarillos de otra pareja de pinzones. La hembra que tuvo huevos claros los estuvo incubando unas tres semanas, pasadas las cuales le puse un pinzón recién nacido de otra hembra de pinzón. Sólo le puse uno para probar que tal lo aceptaría, pues en otras ocasiones le había puesto algún huevo y lo había tirado del nido. Pensé que con el pajarillo sería muy posible que hiciese lo mismo, pero la sorpresa fue mía al ver que al regresar al nido y ver el pequeño pinzón volvió a la bizcochera por insectos y empezó a darle como si fuese suyo. Pasaron cinco días y el pequeño se desarrollaba estupendamente, quise hacer una prueba más, pasar otro hermano de este a ver si también lo aceptaría, efectivamente, también lo aceptó sin ningún problema. Estos saltaron del nido a su tiempo y se independizaron sin ningún problema. A partir de esta experiencia, en las segundas nidadas, cuando algún pajarillo se retrasaba no dudaba en pasárselo a otra pinzona que tuviera pequeños de su mismo tamaño, para que a la hora de comer estuviera en igualdad de condiciones, pues cuando uno se retrasa y queda más pequeño que sus hermanos de nidada estos levantan más el cuello y acaparan todo el alimento y este acaba muriendo.
El día señalado del nacimiento reviso, a primeras horas de la mañana, el fondo de las voladeras. En esta ocasión me encontré dos pajarillos en el suelo, afortunadamente aún estaban vivos. El macho no pudo ser ya que se encontraba desde el día anterior en la jaula pequeña, por lo tanto tuvo que ser la hembra, quizás por inexperiencia en su primera cría. Había que devolver rápidamente los pequeños al nido, pero una pinzona no se debe sacar del nido a la fuerza como a veces hacemos con las canarias, pues pueden abandonar el nido. Lo mejor es ponerles algo en el comedero que les llamé la atención con el fin de que salga del nido y aproveché este momento para devolver los pequeños. La hembra volvió enseguida al nido con algunos insectos en su pico y observé cómo les daba de comer. Seis días después, ya con los pequeños anillados, solté al macho al igual que con las otras parejas, no hubo ningún problema por parte de los machos ni de los pajarillos nacidos. Todos llegaron a saltar del nido sobre los catorce / quince días. En estos momentos, es cuando más cantidad de insectos consumen. Acostumbro a ponerles por la mañana temprano, al medio día y por la tarde, acompañados de germinado, verde, y mixtura, aunque esta última prácticamente ni la prueban.
La pinzona iniciará una siguiente cría muy rápido, a veces saltar los pequeños de la primera puesta del nido y comenzar la siguiente puesta. Acostumbran a ser muy buenas madres, llevan a cabo la incubación y acaban de criar los pequeños de la nidada anterior todo a la vez. Si tenemos la suerte que el macho también colabore en la ceba de los pequeños, éstos sobre los veinticinco días ya comen solos. Hay que separarlos ya, pues la siguiente puesta está a punto de nacer y la hembra estará muy ocupada con su nueva prole.
Cuando los separo procuro poner muy visibles el agua y la comida. Esta la pongo en bizcocheras abiertas y separados los ingredientes, en la bizcochera de larvas sólo larvas, en la de germinado sólo germinado, en otra bizcochera pongo mixtura para pinzones y en la cuarta bizcochera pasta seca de insectívoros. El agua es muy importante que la encuentren enseguida. El primer día acostumbro a ponerles un recipiente en un rincón de la jaula, además del bebedero correspondiente. Procuro que el color y modelo del bebedero sea el mismo que tenían en la voladera pues así enseguida lo encuentran.
Al separar los pequeños de los padres los pongo juntos por nidadas en jaulas de 50 cm. De esta manera enseguida se amansan y al seguir la nidada junta me parece que no extrañan tanto el cambio y cuando uno va a comer a una bizcochera los hermanos enseguida lo imitan. Poco a poco voy retirando los insectos y el germinado hasta dejarlos sólo con la mixtura, la pasta seca de insectívoros y algo de verde .La armonía de familia dura poco, pues sobre los dos meses de vida ya hay algún macho que empieza a demostrar su territorialidad y se hace el amo de la jaula y empieza a picotear y arrancar plumas a sus hermanos más débiles. Hay que apartar ya los machos en jaula pequeña e individual, de esta forma también conseguiremos que sean más dóciles y tendrán una muda sin inconvenientes de picaje, cosa que se produce cuando hay varios ejemplares juntos. Las hembras pueden seguir juntas, puesto que son algo más tolerantes.
Mientras tanto en las voladeras se repite una nueva nidada y en ocasiones una tercera, aunque ésta ya no es muy aconsejable pues las hembras quedan bastante agotadas si han subido nidadas de tres o cuatro pequeños. Un promedio de seis / siete por pareja está muy bien. Creo que es bueno que las hembras entren en muda recuperadas de la cría, pues una buena hembra si la cuidamos nos dará muchas satisfacciones en temporadas siguientes y si la explotamos demasiado podemos en la muda quedarnos sin ella.
Todo esto ha sido realmente mi temporada de cría del año 2009.
Sé que habrá sistemas mejores y más sofisticados, pero a mí me ha funcionado bien así. Espero que a alguno de los que estéis leyendo este artículo os haya podido despejar alguna duda y que también os funcione este sistema. Y a los que os guste leer sobre las aves y la naturaleza que hayáis pasado un rato agradable.
Hasta pronto.
enlace al artículo original con fotos:
http://www.faunaautoctona.com/viewtopic.php?f=33&t=170
No hay medalla sin batalla.
