26-01-2014, 10:13 AM
Amansamiento
La fase del amansamiento comienza desde el primer
contacto con el ave. Trabajar con cualquier animal
que tenga miedo o nos considere un enemigo dificulta
establecer una relación de amistad. En resumen, el
amansamiento en Cetrería es un proceso clave como
detonante de una relación de complicidad entre la
rapaz y el hombre (Upton 1991).
Mantenla los primeros días con una caperuza para
evitar sustos innecesarios y agotadoras debatidas.
Estando a oscuras se irá acostumbrando a ruidos,
movimientos y demás elementos que en condiciones
normales le habrían asustado.
Casi todas las lecciones que vayas a dar a tu ave, están relacionadas con la comida. Es tu
inicial vínculo de unión con ella, del que te servirás para mecanizar al ave mediante el
condicionamiento reflejo, apoyándote en un horario fijo de alimentación y haciendo un
ruido suave (siempre el mismo) mientras come. Si no come la dejamos tranquila, al final el
apetito irá haciendo su efecto.
Tras varios días de repetición conseguimos que esté esperando su hora de comer y el
familiar ruido que habrá asociado con la comida. Así se centrará solo en alimentarse y se olvidará
de todo lo que ocurre a su alrededor. Cuando llegue este momento podemos empezar a
retirarle la caperuza, siempre en una habitación con poca luz y haciendo movimientos muy
suaves.
El amansamiento finaliza con la fase del placeo. Consiste en acudir a lugares concurridos
con el ave en el puño para que termine de acostumbrarse a todo cuanto nos rodea en la vida
cotidiana. En esta fase conviene llevar un roedero para mantener a la rapaz concentrada y
entretenida en el puño.
Saltos al puño
Cuando tu rapaz coma sin apenas distracciones, colócala en
un posadero para mostrarle el puño con comida desde
muy corta distancia. El ave tendrá que dar un mínimo paso
para subirse y acceder a la carne.
Con el paso de los días aumentará su confianza en ti y
podrás ir aumentando la distancia de llamada, hasta que
ese pequeño paso para llegar al guante se llegue a convertir
en un corto vuelo a punta de lonja que tendrá que
realizar sin dudar un instante.
Vuelos con fiador
Una vez volamos a distancia mayor de la que permite
la longitud de la lonja, empleamos el fiador. Es un
cordel de longitud variable que atamos para
mantener al ave controlada, sin peligro de que se
pierda. Como su mismo nombre indica es para
fiarte de ella en los vuelos largos, antes de poder
soltarla sin ataduras de ningún tipo.
Los vuelos con fiador están muy relacionados con la confianza mutua que debe existir entre el
cetrero y su ave. Cuanto más rápida sea la respuesta a tu llamada y más largos sean los vuelos,
mas confianza se está forjando entre los dos. Este grado de confianza debe llegar a un punto en
el que debes decidir quitar el fiador y soltar libremente a tu rapaz. Habitualmente los vuelos con
fiador no llegan a una semana.
Tiras
Las tiras son vuelos lineales, donde el ave es llamada para que venga al señuelo o al puño. En
bajo vuelo, resultan un buen recurso para mantener el tono muscular del ave.
Señuelo
El señuelo constituye un fuerte atractivo para las aves de
Cetrería. Aunque hayamos decidido emplear el puño como
llamada, interesa contar con este recurso. Para ello hay que
introducir lecciones al señuelo durante el
entrenamiento. Basta con señolear a nuestro ave en días
alternos, dejando que capture el señuelo en la primera pasada
y dejando que coma toda la gorga. Un buen papo afianza
las lecciones. Si el halcón va a ser destinado a vuelos de
mano por mano, conviene muscularle dando pasadas al
señuelo.
En alto vuelo el señuelo es un instrumento indispensable. Es el recurso que empleamos
para que los halcones retornen hacia nosotros. Conviene llevar una paloma viva en el morral por
si acaso no obedece a nuestra llamada con el señuelo.
Vuelos sin fiador
El ave vuela totalmente libre. Conviene volar siempre al pájaro con un sistema de telemetría,
de hecho es obligatorio en gran parte del territorio español. Mediante una antena emisora sujeta a
nuestro ave podremos recibir la señal en el receptor que llevemos en el morral. El propio cetrero
en función de sus necesidades escogerá el tipo de frecuencia y la forma de sujetar el emisor al ave
(cola, espalda, o pata).
Tornos
Los tornos son propios de aves de alto vuelo. Una vez que realicen las tiras velozmente y sin
dudas, debes darles más libertad intentando que tracen vuelos de trayectoria circular sobre
ti.
Es en este punto del adiestramiento cuando empezamos a perfilar la estética del vuelo. Las
lecciones de recompensa empezarás a darlas por el tipo de vuelo que hace y menos porque
acuda a tu llamada. Es decir, si quieres hacer al halcón por altanería tendrás que premiarle porque
un día alcance más altura que otros o porque bata alas con más ímpetu.
Poco a poco se va fijando en el ave la conducta que quieres de ella para llegar al fin último
de la Cetrería que es la caza.
Escapes
Los escapes son presas que el cetrero suelta al ave para
que las reconozca y capture. Debe de ser la antesala de
la caza real. Cuando la rapaz capture su primer escape
le daremos gorga completa para que aprenda que
capturar la presa significa máxima recompensa.
Los escapes de paloma son muy utilizados en altanería
para que el halcón aprenda a tomar altura, ya que si no
lo hace le resultaría muy complicada su captura.
La fase del amansamiento comienza desde el primer
contacto con el ave. Trabajar con cualquier animal
que tenga miedo o nos considere un enemigo dificulta
establecer una relación de amistad. En resumen, el
amansamiento en Cetrería es un proceso clave como
detonante de una relación de complicidad entre la
rapaz y el hombre (Upton 1991).
Mantenla los primeros días con una caperuza para
evitar sustos innecesarios y agotadoras debatidas.
Estando a oscuras se irá acostumbrando a ruidos,
movimientos y demás elementos que en condiciones
normales le habrían asustado.
Casi todas las lecciones que vayas a dar a tu ave, están relacionadas con la comida. Es tu
inicial vínculo de unión con ella, del que te servirás para mecanizar al ave mediante el
condicionamiento reflejo, apoyándote en un horario fijo de alimentación y haciendo un
ruido suave (siempre el mismo) mientras come. Si no come la dejamos tranquila, al final el
apetito irá haciendo su efecto.
Tras varios días de repetición conseguimos que esté esperando su hora de comer y el
familiar ruido que habrá asociado con la comida. Así se centrará solo en alimentarse y se olvidará
de todo lo que ocurre a su alrededor. Cuando llegue este momento podemos empezar a
retirarle la caperuza, siempre en una habitación con poca luz y haciendo movimientos muy
suaves.
El amansamiento finaliza con la fase del placeo. Consiste en acudir a lugares concurridos
con el ave en el puño para que termine de acostumbrarse a todo cuanto nos rodea en la vida
cotidiana. En esta fase conviene llevar un roedero para mantener a la rapaz concentrada y
entretenida en el puño.
Saltos al puño
Cuando tu rapaz coma sin apenas distracciones, colócala en
un posadero para mostrarle el puño con comida desde
muy corta distancia. El ave tendrá que dar un mínimo paso
para subirse y acceder a la carne.
Con el paso de los días aumentará su confianza en ti y
podrás ir aumentando la distancia de llamada, hasta que
ese pequeño paso para llegar al guante se llegue a convertir
en un corto vuelo a punta de lonja que tendrá que
realizar sin dudar un instante.
Vuelos con fiador
Una vez volamos a distancia mayor de la que permite
la longitud de la lonja, empleamos el fiador. Es un
cordel de longitud variable que atamos para
mantener al ave controlada, sin peligro de que se
pierda. Como su mismo nombre indica es para
fiarte de ella en los vuelos largos, antes de poder
soltarla sin ataduras de ningún tipo.
Los vuelos con fiador están muy relacionados con la confianza mutua que debe existir entre el
cetrero y su ave. Cuanto más rápida sea la respuesta a tu llamada y más largos sean los vuelos,
mas confianza se está forjando entre los dos. Este grado de confianza debe llegar a un punto en
el que debes decidir quitar el fiador y soltar libremente a tu rapaz. Habitualmente los vuelos con
fiador no llegan a una semana.
Tiras
Las tiras son vuelos lineales, donde el ave es llamada para que venga al señuelo o al puño. En
bajo vuelo, resultan un buen recurso para mantener el tono muscular del ave.
Señuelo
El señuelo constituye un fuerte atractivo para las aves de
Cetrería. Aunque hayamos decidido emplear el puño como
llamada, interesa contar con este recurso. Para ello hay que
introducir lecciones al señuelo durante el
entrenamiento. Basta con señolear a nuestro ave en días
alternos, dejando que capture el señuelo en la primera pasada
y dejando que coma toda la gorga. Un buen papo afianza
las lecciones. Si el halcón va a ser destinado a vuelos de
mano por mano, conviene muscularle dando pasadas al
señuelo.
En alto vuelo el señuelo es un instrumento indispensable. Es el recurso que empleamos
para que los halcones retornen hacia nosotros. Conviene llevar una paloma viva en el morral por
si acaso no obedece a nuestra llamada con el señuelo.
Vuelos sin fiador
El ave vuela totalmente libre. Conviene volar siempre al pájaro con un sistema de telemetría,
de hecho es obligatorio en gran parte del territorio español. Mediante una antena emisora sujeta a
nuestro ave podremos recibir la señal en el receptor que llevemos en el morral. El propio cetrero
en función de sus necesidades escogerá el tipo de frecuencia y la forma de sujetar el emisor al ave
(cola, espalda, o pata).
Tornos
Los tornos son propios de aves de alto vuelo. Una vez que realicen las tiras velozmente y sin
dudas, debes darles más libertad intentando que tracen vuelos de trayectoria circular sobre
ti.
Es en este punto del adiestramiento cuando empezamos a perfilar la estética del vuelo. Las
lecciones de recompensa empezarás a darlas por el tipo de vuelo que hace y menos porque
acuda a tu llamada. Es decir, si quieres hacer al halcón por altanería tendrás que premiarle porque
un día alcance más altura que otros o porque bata alas con más ímpetu.
Poco a poco se va fijando en el ave la conducta que quieres de ella para llegar al fin último
de la Cetrería que es la caza.
Escapes
Los escapes son presas que el cetrero suelta al ave para
que las reconozca y capture. Debe de ser la antesala de
la caza real. Cuando la rapaz capture su primer escape
le daremos gorga completa para que aprenda que
capturar la presa significa máxima recompensa.
Los escapes de paloma son muy utilizados en altanería
para que el halcón aprenda a tomar altura, ya que si no
lo hace le resultaría muy complicada su captura.