23-01-2014, 02:58 PM
Desde el punto de vista geográfico es cosmopolita. Su práctica no se restringe a un
municipio, región o país, sino que a diferencia de gran parte de las actividades reconocidas
como PCI es practicada en todo el mundo (Ceballos 2009a) aunque el número de practicantes
es reducido. No en vano se trata de un arte extremadamente exigente.
A diferencia de otros elementos culturales, su práctica tampoco está acotada a ciertos periodos
del calendario. Afecta a los 365 días del año. Es una de las razones principales que hacen de la
Cetrería un modo de vida.
Se desarrolla en pueblos de muy
diferentes culturas. No importa la
edad, el nivel económico o la religión, ni
siquiera la preocupación política de sus
practicantes. En cualquier encuentro
cetrero, se aprecia complicidad y
hermanamiento. Cuando un halcón
está en el cielo quienes lo observan se
fijan más en los puntos que comparten
que en sus diferencias.
El desarrollo y pervivencia de la Cetrería, ha generado importantes aportaciones a la sociedad
moderna en los ámbitos más variados (Ceballos 2007 a, b). Son fáciles de reconocer en la
conservación de las rapaces, en las relaciones diplomáticas internacionales, en el desarrollo
de nuevas disciplinas académicas y en el beneficio directo para quien la practique, ya sea en su
salud física y mental como en su bienestar espiritual.
Las aptitudes necesarias para llegar a ser un buen cetrero, no
pasaron desapercibidas en la aristocracia. Se consideraba la mejor
escuela para formar caballeros (Juan Manuel, 1325, 1326). Les
ejercitaba como jinetes, les enseñaba a leer la orografía del terreno,
a coordinar equipos, a tomar decisiones de forma rápida y a
desarrollar estrategias. Todas estas habilidades podían ser aplicadas
posteriormente en los campos de batalla. En la actualidad,
continúa siendo una estupenda escuela de valores.
En Cetrería los tiempos los marcan las aves. No podemos correr más rápido de lo necesario
para que asimilen los aprendizajes. Necesitamos mucho esfuerzo y dedicación para obtener
resultados a menudo irrisorios desde un punto de vista material.
Visto desde fuera, no parece muy rentable mantener a un ave todo un año para tal vez capturar
en una temporada, tan pocas piezas, que se cuentan con los dedos de las manos. La
compensación a todo, es la desbordante emoción que se siente al ser partícipe de un lance de
caza.
municipio, región o país, sino que a diferencia de gran parte de las actividades reconocidas
como PCI es practicada en todo el mundo (Ceballos 2009a) aunque el número de practicantes
es reducido. No en vano se trata de un arte extremadamente exigente.
A diferencia de otros elementos culturales, su práctica tampoco está acotada a ciertos periodos
del calendario. Afecta a los 365 días del año. Es una de las razones principales que hacen de la
Cetrería un modo de vida.
Se desarrolla en pueblos de muy
diferentes culturas. No importa la
edad, el nivel económico o la religión, ni
siquiera la preocupación política de sus
practicantes. En cualquier encuentro
cetrero, se aprecia complicidad y
hermanamiento. Cuando un halcón
está en el cielo quienes lo observan se
fijan más en los puntos que comparten
que en sus diferencias.
El desarrollo y pervivencia de la Cetrería, ha generado importantes aportaciones a la sociedad
moderna en los ámbitos más variados (Ceballos 2007 a, b). Son fáciles de reconocer en la
conservación de las rapaces, en las relaciones diplomáticas internacionales, en el desarrollo
de nuevas disciplinas académicas y en el beneficio directo para quien la practique, ya sea en su
salud física y mental como en su bienestar espiritual.
Las aptitudes necesarias para llegar a ser un buen cetrero, no
pasaron desapercibidas en la aristocracia. Se consideraba la mejor
escuela para formar caballeros (Juan Manuel, 1325, 1326). Les
ejercitaba como jinetes, les enseñaba a leer la orografía del terreno,
a coordinar equipos, a tomar decisiones de forma rápida y a
desarrollar estrategias. Todas estas habilidades podían ser aplicadas
posteriormente en los campos de batalla. En la actualidad,
continúa siendo una estupenda escuela de valores.
En Cetrería los tiempos los marcan las aves. No podemos correr más rápido de lo necesario
para que asimilen los aprendizajes. Necesitamos mucho esfuerzo y dedicación para obtener
resultados a menudo irrisorios desde un punto de vista material.
Visto desde fuera, no parece muy rentable mantener a un ave todo un año para tal vez capturar
en una temporada, tan pocas piezas, que se cuentan con los dedos de las manos. La
compensación a todo, es la desbordante emoción que se siente al ser partícipe de un lance de
caza.