20-06-2014, 08:29 PM
Si todo el proceso de incubación se desarrolla con normalidad, nos encontraremos al término de esta con un montoncillo de carne y plumas apelotonado en el fondo del nido. Cuando esto no ocurre, el criador se impacienta y espera un día más; si no han eclosionado al catorce se arma de paciencia y sigue esperando, pero con frecuencia a los quince días la desilusión aparece y solemos abrir los huevos...
Cuando rompemos los huevos, nos podemos encontrar con dos situaciones:
Primera: El embrión está vivo y a punto de eclosionar; todavía le rodean los vasos sanguíneos y el vitelo no ha sido aun reabsorbido. Esta situación puede ser debida a que a algunas hembras no les entra la fiebre de la incubación hasta que no han puesto el último huevo y su organismo no coge la temperatura de incubación. Si no seguimos abriendo huevos es posible que algunos lleguen a nacer.
Segunda: El embrión está abortado; suelen estar perfectamente formados, pero por algún motivo no han conseguido la rotura del cascarón.
¿Cuales han sido las causas? ¿Como podemos evitarlas? Son sin duda alguna las preguntas que nos solemos hacer. Pues bien, las causas más frecuentes parecen ser las derivadas de:
1.. La poca vitalidad del polluelo por motivos de crianza en una consanguinidad muy cerrada.
2.. Genes letales.
3.. Infecciones transmitidas por el aparato reproductor de los adultos.
4.. Abandono de incubación en momentos muy prolongados.
5.. Falta de calcio en la cáscara del huevo.
6.. Cascara del huevo demasiado gruesa.
7.. Suciedad en los huevos.
8.. La humedad ambiental.
1ª. POCA VITALIDAD DEL POLLUELO DEBIDO A CRIANZA EN CONSANGUINIDAD.
En todo criadero con buenos reproductores se suele utilizar el modelo de cría en consanguinidad. Esto asegura nuestra línea de crianza en cuanto a conseguir buenos sujetos muy parecidos al estándar. Para fijar líneas se aparean padres con hilos e incluso hermanos con hermanos.
En principio estos cruzamientos no suelen presentar problemas, pero, cuando apareamos repetidamente sujetos que están muy próximos en sangre, es cuando se nos plantean problemas de vitalidad en las nidadas; obtendremos crías menores en talla y serán éstas crías de las que siempre tendremos que estar pendientes de ellas, al requerir más cuidados; no cabe duda que suelen ser siempre las primeras bajas que tendremos en el criadero. No hay que olvidar que el proceso de eclosión requiere el mismo esfuerzo para todos los pichones y los menos fuertes tendrán más dificultades en nacer o no nacerán.
Recordemos cómo actúa el embrión cuando se dispone a nacer. El polluelo esta situado en el interior del huevo con la cabeza en el polo más ancho y en contacto con la membrana que separa la cámara de aire; extendiendo el cuello hacia arriba consigue romper la membrana y su pico entra en contacto con la cáscara. Por medio de movimientos rítmicos va empujando con el pico la cascara hasta que produce un agujero por donde, con la ayuda del diente que tiene en su pico y con movimientos de su cabeza, la va rasgando mientras gira lentamente. Cuando ha roto todo el perímetro del cascaron, los movimientos de estiramiento de cuello y hombros van separando la cascara por la mitad. Pues bien, todo esto que tiene que hacer el polluelo para alcanzar la libertad, le causa un desgaste y un consumo de energías que los polluelos más débiles no consiguen superar y mueren por agotamiento en el interior del huevo, sin ni si quiera conseguir romper la membrana de la cámara de aire.
Para criar en consanguinidad, tendremos que evitar los cruces entre ejemplares que estén muy cercanos en el árbol genealógico y siempre elegir los ejemplares que más vitalidad presenten.
2ª. GENES LETALES.
Los genes que actúan para formar los factores Intenso, Blanco dominante y la moña, nos darán huevos que se desarrollan normalmente hasta el octavo a noveno día de incubación, pero un 25% de la nidada no eclosionará al actuar dichos genes sobre algunos de los huevos y estos se abortaran.
INTENSO HOMOCIGOTICO = LETAL.
BLANCO DOMINANTE HOMOCIGOTICO = LETAL.
MOÑA HOMOCIGOTICO = LETAL.
Evitaremos, pues, este tipo de apareamientos de Intenso X Intenso, Blanco dominante X Blanco dominante y Moña X Moña, si queremos que nazcan un mayor número de crías.
3ª INFECCIONES TRANSMITIDAS POR EL APARATO REPRODUCTOR DE LOS ADULTOS.
Múltiples son las enfermedades infecciosas que pueden transmitir los adultos a través de su aparato reproductor. Las más frecuentes son la "SALMONELA Sp" y la "ESCHERICHIA Coli". Por eso es conveniente tratar a los reproductores en los meses que anteceden a la crianza con algún fármaco que ayude a evitar este tipo de infecciones. Por ejemplo, yo utilizo la Ampicilina que es una penicilina de acción bactericida y que trata las infecciones de tracto intestinal e infecciones genetico-urinarias. Hay que adquirirla en forma de suspensión. La dosificación que empleo es de doce gotas en un bebedero de 60 c.c.. Después de una semana con este tratamiento, les suministro un repoblador de flora durante cinco días. El tratamiento lo repito dos veces antes del inicio de la cría con un intervalo de quince días.
Cuando han nacido las crías, suministro la misma dosificación hasta pasados los diez primeros días para a continuación seguir con agua limpia.
4ª ABANDONO DE LA INCUBACIÓN EN ALGUN MOMENTO MUY PROLONGADO.
Si durante el periodo de incubación seguimos suministrando comida muy rica en grasas y proteínas es posible que algunas hembras sufran de un exceso de celo y abandonen la puesta a medio incubar para hacer otro nido y otra postura de huevos. Desaconsejo el empleo de Vitamina E y de semillas germinadas mientras las hembras permanezcan recostadas sobre el ponedero. También puede suceder que tormentas por la noche asusten a la hembra que abandona el nido y luego en la oscuridad no encuentra el camino para regresar y seguir incubando. Esta era la antigua creencia de que, cuando había tormenta, los huevos se tronaban y no salían; todos colocábamos una moneda de cobre para que absorbiera las vibraciones y no se estropearan los huevos. Para que esto no ocurra, yo siempre dejo una bombilla pequeña de color rojo en el centro del criadero; si la hembra sale del nido por la noche, tiene la visibilidad suficiente para regresar al nido y no molesta en absoluto el sueño de los pájaros; además es muy útil para comprobaciones nocturnas. También puede ocurrir que un exceso de celo en el macho le provoque el continuo cortejo a la hembra y las continuas riñas hacen que ésta este poco tiempo en el nido. Si observamos esto, es mejor separar el macho y destinarlo a cubrir otra hembra para restituirlo cuando hayan nacido los pollos.
5ª. FALTA DE CALCIO EN LA CÁSCARA DEL HUEVO.
La insuficiencia de minerales provoca que la hembra tenga que utilizar su reserva de estos en la fabricación de la cubierta de los huevos y deposite los huevos con una cascara muy fina o incluso con zonas sin cascara que suelen coincidir con el polo inferior. Suministraremos a la hembra abundante grit y hueso de sepia para evitar esta descalcificación. A veces ocurre que, al retirar algún huevo del nido, resulta que éste esta pegado en el pelote y al levantarlo le hacemos un leve desconchamiento, con el lógico disgusto para el criador. Normalmente ya es inservible para la incubación y lo solemos tirar. Cuando esto ocurre hay un truco casero que da bastante buen resultado. Consiste en recubrir el desconchamiento con laca de unas de las que utilizan las señoras. La posibilidad de incubación y nacimiento son satisfactorias en un alto porcentaje siempre que la rotura no este situada en el polo ancho del huevo que es por donde se realiza el intercambio gaseoso.
6ª. CÁSCARA DEL HUEVO DEMASIADO GRUESA.
Una cáscara muy dura puede impedir que el embrión, cuando inicia su nacimiento, rompa la cubierta del huevo y muera. Sobre todo cuando el embrión este escaso de fuerzas debido a la crianza en consanguinidad o infecciones microbianas, como hemos comentado anteriormente. Los huevos son muy porosos para permitir el intercambio de gases y la ventilación del embrión y una cáscara demasiado gruesa puede llegar a impedir que el intercambio gaseoso se realice con éxito. Humedecer los huevos con agua un par de días antes de la eclosión, suaviza la cascara.
7ª SUCIEDAD EN LOS HUEVOS.
Siempre que observemos que los huevos están sucios debido a excrementos o a que se ha roto alguno y ha manchado el resto, deberemos limpiarlos para impedir que esta suciedad obstaculice el trabajo del polluelo al nacer y pueda morir por agotamiento. Colocaremos los huevos sucios en un recipiente con agua tibia durante diez minutos y la suciedad se desprenderé fácilmente. Todos hemos observado que una nidada fecunda presentara un aspecto azulado y muy brillante y nos daremos cuenta de que la cascara ya no es tan rugosa como al principio, sino mas lisa y suave.
8ª. LA HUMEDAD AMBIENTAL.
La humedad en el ambiente también influye en la buena o mala marcha de la incubación. Un ambiente demasiado seco puede llegar a desecar las cubiertas embrionarias, ahogando el pichón en su envoltorio
. Si el ambiente es muy seco deberíamos colocar humidificadores en el criadero o simplemente dejar permanentemente uno o varios calderos de agua en nuestro aviario. Si el ambiente es demasiado húmedo, nos sería muy útil la adquisición de un deshumidificador que, con ayuda del higrómetro, nos mantendrá el ambiente con el grado justo de humedad que debería rondar el 70% aproximadamente.
Estos ocho apartados son algunas de las posibles causas de mortalidad embrionaria durante su desarrollo incubacional. Tratemos de evitarlas para que nuestra producción anual de pájaros sea lo más fructífera posible y podamos obtener un mayor número de ejemplares que nos permita poder elegir entre ellos los más fuertes y sanos, para así seguir manteniendo nuestras cepas de canarios en el nivel tan alto que se esta ganando día a día la canaricultura española. No olvidemos que las buenas condiciones en que tengamos nuestro aviario y un mínimo de atenciones diarias serán las claves del éxito.
Artículo de D. Francisco Sánchez de la Riva. Juez de color.