22-08-2014, 06:14 PM
El alojamiento es de una importancia fundamental para quien pretenda criar fringílidos, y debe reunir unas características idóneas para que los pájaros que acomode se mantengan en buen estado de salud para poder reproducirse y sacar adelante a sus polluelos. Puede tratarse de una hibridación dentro de casa o de una pajarera al aire libre. En este último caso, deberá contar con una estructura que supla la función de los árboles, es decir, que proteja a los pájaros de la interperie (nieve, lluvia y viento), así como de los rayos del sol cuando éste sea demasiado intenso. Si se trata de especies que proceden de latitudes distintas a la nuestra habrá que proporcionarles las condiciones de humedad y temperatura que necesiten.
Hablando claro: para mantener pájaros indígenas en cautividad basta con que la pajarera tenga un techo y dos laterales cerrados para que el viento no les dé directamente, mientras que para mantener a especies exóticas procedentes de otras latitudes habrá que calentarles la instalación, especialmente si vienen de regiones tropicales o en las que las estaciones sean inversas a las nuestras (hemisferio sur).
Los criadores normalmente no disponen de espacio para poder tener sus intalaciones en el primer piso, poco húmedo y bien iluminado, sino que se ven obligados a recurrir a terrazas y terrados sin proteción o a sótanos y plantas bajas con humedad y escasa iluminación. Por tanto, antes de elegir las especies que se van a criar habrá que tener en cuenta el ambiente en el que se las a a alojar. Si no se dispone de un local cerrado, habrá que optar por especies indígenas (mutantes o no) u otros fringílidos de nuestras latitudes. También se pueden emplear especies del hemisferio austral aclimatadas, como el lúgano de cabeza negra. Por otra parte, el que pueda alojarlos en un lugar cerrado podrá reproducir prácticamente cualquier especie, pero también será mejor que decida si va a mantener las especies que se reproducen en primavera o las que lo hacen en otoño-invierno.
Lo importante es que los pájaros estén siempre en el mismo medio, es decir, o siempre en el interior o siempre al aire libre. Los que tienen la costumbre de poner las jaulas al sol para estimular la reproducción no hacen más que favorecer la aparición de un enfriamiento.
Hablando de alojamientos de interior, los ideales son los semisubterráneos, porque en ellos la temperatura no suele bajar de los 10ºC y en la estival no supera los 30ºC. Las buhardillas y desvanes ya no van tan bien, porque la diferencia entre las temperaturas del verano y las del invierno es muy notable y esto limita considerablemente el periodo de la reproducción. En abril aún hace mucho frío y en julio ya hace demasiado calor. La aireación y la iluminación del local de cría también son muy importantes, y cuanto menos ventilado esté el local menos serán las parejas que deberá albergar. La luminosidad ya es menos importante porque con luces artificiales y temporizadores se puede arreglar cualquier situación, pero es necesario que todas las jaulas estén bien iluminadas y que el fotoperiodo no baje de las diez horas de luz incluso en el periodo de muda y reposo.
Para la calefacción son ideales los radiadores de aceite. No conviene emplear estufas, pues secan mucho el aire y pueden consumir oxígeno y provocar con ello la muerte por asfixia de todos los pájaros. También es muy importante emplear medios para evitar la entrada de mosquitos y roedores. Para ello bastará con proteger todas las aberturas (puertas y ventanas) con malla metálica de 5mm para el exterior y mosquitera metálica para el interior.
Así como la iluminación y la temperatura no plantean demasiados problemas, la humdad ya es otro asunto. La humedad relativa ideal es del 70%, pero en los garajes y locales suele ser más elevada. Puede medirse con un higrómetro y para bajarla se puede emplear un deshumificador. Si la humedad demasiado elevada favorece la aparición de mohos y en verano, unida a la subida de la temperatura, puede provocar el temible golpe de calor. Lo ideal sería disponer de un acondicionador que se encargue de renovar el aire. En invierno, para deshumidificar basta con calentar.
Algunos criadores empelan ozonizadores para eliminar los malos olores en el local de cría. Estos aparatos emiten oxígeno activo (O3) que desinfecta todo lo que entra en contacto con él. En general, para eliminar los malos olores de la instalación bastará con limpiar frecuentemente el fondo de las jaulas, y esto beneficiará tanto a los pájaros como al olfato de su criador (hay quienes emplean aparatos automáticos que pulverizan desodorante según un horario programado).
Los ionizadores eliminan partículas de polvo del aire. Su utilidad está por demostrarse aunque el aire ionizado es más picante y más agradable, al menos para el criador. En algunos casos la publicidad afirma que los ionizadores eliminan incluso los parásitos, pero esto es más que discutible (en todo caso respirarán un aire más puro).