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La reproducción y cría de ninfas
#1
LA ELECCIÓN PARA LA REPRODUCCIÓN

Las ninfas (carolinas) que uno destina a la cría deben estar en las mejores condiciones y deben tener al menos un año de edad. Cuando se utilizan para la cría aves mas jóvenes, hay muchas posibilidades de que la hembra o bien ponga huevos no fecundados o rehúse incubarlos. Por supuesto, es posible que una pareja de ninfas (carolinas) de ocho o nueve meses de edad ponga e incube, pero a menudo ponen los huevos en el suelo de la jaula o el aviario, e incluso los incuban allí. A fin de evitar contratiempos, es mejor llevarse los huevos y no proporcionarles una caja-nido. La pareja debe ser separada hasta que haya alcanzado la edad adecuada. Incluso después de la separación, la hembra puede poner huevos en el suelo de su jaula, los cuales deben eliminarse porque no son fértiles. A veces una pareja de más edad que no tiene una caja-nido pone huevos en el suelo y los incuba, normalmente con trágicos resultados. Incluso si los polluelos rompen el cascaron, por regla general mueren antes de veinticuatro horas.

Las ninfas (carolinas) listas para criar deben ser presentadas tras una preparación previa. El método mas adecuado es colocar a cada una de las ninfas en una jaula similar, con posibilidad de verse, pero fuera de la vista y del alcance de los reproductores "rivales". Después de un lapso de siete a diez días, las ninfas ya pueden colocarse juntas en una jaula de cría o pajarera apropiada. (Las aves que ya tengan experiencia en criar alguna nidada pueden colocarse en un gran aviario con otras aves). Observará que la hembra suele ser dominante, aunque de un modo no agresivo. La hostilidad raramente será manifestada, pero la hembra se pavoneará para ser considerada el jefe, en especial en las primeras semanas después de la presentación. Pronto se establece la familiaridad, y cada ninfa (carolina) influye continuadamente en la otra, de modo que si una va a beber, la otra hace lo mismo. (En este contexto es interesante observar que una ninfa solidaria imita a su dueño, al cual considera como su "pareja" o "compañero").

LA CAJA-NIDO

Si posee usted un aviario de exterior, es preferible colgar la caja-nido en el refugio nocturno. Si es posible, construya el doble de cajas-nido que de parejas de ninfas (carolinas) haya. Asimismo, se recomienda que todas las cajas estén fijadas a la misma pared y a la misma altura a fin de evitar cualquier queja por parte de las ninfas. Deje espacio suficiente entre la caja-nido y la parte superior de la jaula del refugio nocturno para que las aves que no estén incubando puedan sentarse encima de la caja-nido, una posición favorable en esta época.

Como ya sabemos, las ninfas (carolinas) en libertad no construyen un nido como ése, pero usan un hueco en una rama gruesa o tronco de árbol. En cautividad, no obstante, las ninfas (carolinas) usan una caja-nido. El área del suelo debería medir 25,5 x 25,5 cm, debería tener una altura de 30 centímetros y un orificio de entrada de un diámetro de unos 9 centímetros, colocado aproximadamente a unos 6,5 centímetros por debajo del tejado. Las ninfas (carolinas) no son nada exigentes en cuanto a la forma de su "criadero", así que puede utilizar madera vieja (pero no alabeada) de unos 1,9 centímetros de grosor para construir cajas-nido que duren muchos años. Justo debajo del orificio de entrada, fije una percha de 18 centímetros de largo y cerca de 1,6 centímetros de diámetro, de modo que sobresalga tanto hacia dentro como hacia fuera de la caja-nido. El suelo de la caja puede cubrirse con una capa de 4 o 5 centímetros de turba húmeda mezclada con algunas virutas de madera. En medio de esta capa, haga un hueco con su puño para crear un lugar en el que la hembra pueda mas tarde colocar sus huevos. Esta depresión evita que los huevos rueden demasiado de acá para allá. Existen cajas-nido que se comercializan ya con una bandeja extraíble que dispone de un hueco para este propósito. Una desventaja de dicha bandeja es que los huevos tienden a deshidratarse.

La pared interior de la caja-nido que esta bajo el orificio de entrada debe disponer de una escalera para ayudar a las aves a trepar arriba y abajo. Esta escalera se puede hacer con grandes grapas o de tela metálica, por ejemplo. Una desventaja de usar tela metálica es que, tarde o temprano, una ninfa (carolina) se enganchará las garras o el anillo de la pata, y tendrá que ser rescatada. Personalmente, prefiero usar algunas grapas grandes o tal vez unas pocas piezas de madera clavadas a la pared, aunque estas últimas serán picoteadas de manera gradual hasta que no quede escalera. Cada caja-nido debe tener una portezuela para poder inspeccionar desde uno de los lados, y el tejado debe girar sobre una bisagra para que usted pueda inspeccionar el lugar con facilidad.

Es mejor instalar las cajas-nido en el refugio nocturno por las siguientes razones:

1. Es el lugar más apacible, y la posibilidad de que se estorbe a las ninfas es mínima.
2. Hay menos probabilidades de que se produzcan accidentes funestos que molesten a las ninfas de noche, que les causen pánico y les hagan abandonar las cajas-nido y, por consiguiente, los huevos.
3. Es menos probable que la caja-nido sea afectada por las condiciones climáticas adversas, tales como escarchas a última hora de la noche, el fuerte sol o lluvias torrenciales.

Es cierto que los periquitos australianos en general, y las ninfas (carolinas) en general, no son especialmente exigentes con sus nidos. Puede usted intentar pasar con una caja-nido por pareja. (Pero si las ninfas no muestran interés al principio de la temporada, debe colgar cajas-nido adicionales en diversos lugares). Y si compra ninfas jóvenes para la cría consiguiente, examina el tipo de caja-nido en la cual ella mismas fueron criadas; entonces haga una caja similar a aquella en la que la hembra nació.

Hay dos posibilidades cuando llega el momento de colgar las cajas-nido: instaladas de modo que puedan dejarse fijas todo el año o instalarlas solo cuando se aproxime la temporada de reproducción. Cada método posee sus ventajas y desventajas. Si las cajas-nido se dejan fijas todo el año (y, naturalmente, han de limpiarse a fondo después de la época de cría), las ninfas decidirán por ellas mismas cuando quieren criar, tal como lo hacen en libertad. Una desventaja es el daño que pueden causar las bajas temperaturas y la escarcha tardía en un aviario de exterior. Si les da la oportunidad, las ninfas (carolinas) criarán durante todo el año, lo cual no es bueno para ellas. Deben tener un buen periodo de descanso de seis meses para que crezcan los polluelos sanos y vivarachos. Algunos criadores dejan criar a sus ninfas (carolinas) desde principios de abril hasta mediados o incluso finales de septiembre; en el periodo de octubre a marzo, dan a sus ninfas comida extra, fortaleciéndolas así para que estén en optimas condiciones de cría al inicio de la siguiente temporada. Después de la temporada de reproducción, las ninfas (carolinas) están algo bajas de peso y normalmente empiezan la muda. El momento apropiado para la colocación depende del clima y de la buena disposición de las ninfas.

Existen diversas opciones en lo que a material para nido se refiere, además de la mezcla de turba y virutas de madera ya citada. Si mantiene esta mezcla húmeda, no habrá ningún peligro; pero se seca, existe la posibilidad de que los polluelos contraigan problemas respiratorios provocados por la inhalación de polvo y esporas de hongos. En condiciones muy secas, existe también la posibilidad de que los orificios nasales puedan bloquearse. Cualquier material para el nido que utilice debe humedecerse antes de colocarlo en la caja-nido, y luego mantenerlo húmedo (pero no mojado), a fin de mantener las condiciones para un desarrollo sano de los huevos, tanto en aviarios de interior como de exterior.

LOS HUEVOS

Si todo va bien, las ninfas aceptan la caja-nido y pronto empiezan a parearse. El primer huevo lo ponen al cabo de entre 10 y 14 días después del primer apareamiento. Suelen poner los huevos por la tarde o casi al anochecer, a intervalos de unas 48 horas. Los huevos varían en número de 1 a 8. El tamaño medio es ligeramente inferior a 24,5 x 19 mm. Los huevos son incubados entre 18 y 21 días. Como la incubación empieza una vez puesto el segundo o el tercer huevo, los primeros polluelos salen del cascaron juntos, pero los últimos huevos se abrirán a intervalos de 48 horas. Tanto el macho como la hembra de ninfa, igual que las cacatúas, comparten la incubación, el macho por la mañana y la hembra por la noche, puede que se de el caso de que la hembra asuma toda la responsavilidad..

Algunos criadores quitan los primeros huevos y los reponen cuando la nidada esta completa, a fin de que todos los polluelos rompan el cascaron mas o menos al mismo tiempo. En mi opinión eso no es realmente necesario; en la naturaleza también existen diferencias de tamaño y de edad, y hay comida suficiente para criar a todos los polluelos. No obstante, en grande nidadas (las cuales no son tan raras como parece), la diferencia de tamaño entre el polluelo mas joven y el mayor puede ser grande, y a los mas jóvenes se les puede "dejar atrás", para esos casos, recomiendo cojer y sacar a los pollos mas mayores (25 dias) y criarlos a papilla, para dar mas vida a los mas "atrasados".

En cualquier caso, si se sacan los huevos, se les debe dar la vuelta varias veces al día. Las observaciones han mostrado que las ninfas (carolinas) giran sus huevos aproximadamente cada media hora durante el día y cada una o dos horas durante la noche: unos 24 giros al día. Esto evita que el embrión se adhiera al albumen en el huevo, lo cual podría ser fatal. Los huevos no deben guardarse a temperaturas demasiado altas, ya que el embrión empezara a desarrollarse. Pueden marcarse los huevos con un lápiz blando para identificarlos, con la fecha d la puesta y otros datos. No debe usarse tinta o rotulador, pero si podeis, mejor dejadlos tal cual.. no es recomendable tocar mucho el nido...

Se puede comprobar la fertilidad de los huevos que hayan sido incubados un mínimo de cinco días examinándolos a través de una luz. Un huevo fértil muestra a través de la cáscara unas venillas rojas alrededor de la yema. Los huevos estériles son translucidos. Sin embargo, no tenga demasiada prisa en desprenderse de los aparentemente estériles, ya que la hembra puede no haberlos incubados tanto como usted podría pensar. Los huevos estériles también tienen su función en el nido: mantienen el calor y ofrecen un poco de abrigo a los huevos fértiles.

Existen varias razones por las cuales los huevos pueden resulta estériles: que las aves sean estériles; que los padres sean demasiado jóvenes para estar en plenas condiciones para la cría; que las parejas sean incompatibles, o que la hembra sea demasiado agresiva, aunque esto es poco común. Si en el huevo aparece un pequeño agujero o fisura, se desecara. Puede evitarlo tapando la imperfección con un poquito de esmalte de uñas incoloro. Si actúa rápidamente, evitara la desecación.

Algunas ninfas (carolinas) se comen los huevos. No puede hacerse gran cosa al respecto, excepto llevárselos tan pronto como los pongan, remplazándolos con un huevo artificial (que puede obtener en alguna asociación de aves o en una tienda de animales). También puede coger que sepa que es estéril, untarlo con una mezcla de mostaza picante y pimienta y colocarlo en el nido. El sabor desagradable puede hacer que la ninfa (carolina) cambie de conducta. A veces ocurre que el problema desaparece una vez que la hembra empieza a incubar; entonces debe encontrar el momento apropiado para reponer los huevos originales, podrás hacerlo cuando les pongas la comida, ponles un "horario" de comida y cuando se la cambies, puede que los dos vallan a comer, hay puedes aprovechar, ten cuidado que ninguno de los dos te vea, ya que puede que abandonen el nido, hay pocas propensas a hacer eso.. pero puede pasar... las amansadas y papilleras no suelen abandonar nido fácilmente.

Todos aquellos huevos que por una razón u otra no puedan dejarse con la hembra se guardaran durante unos días (máximo 4 dias). Las pruebas con huevos de ninfas (carolinas) demuestran que las posibilidades de fertilidad empiezan a disminuir después de tres días y que la situación se vuelve seria al cabo de seis días. Se recomienda, pues, poner los huevos en una incubadora; lo que ocurra después dependerá de diversos factores.

Lo mejor que puede hacer, por supuesto, es poner los huevos bajo la madre lo más pronto que se pueda. Si no es posible, debe intentar encontrar unos padres adoptivos apropiados que a su vez estén incubando en ese momento. Pueden usarse distintas especies, vigilando únicamente que la diferencia de tamaño entre las aves no sea demasiado grande. Varias especies son apropiadas como padres adoptivos para las ninfas (carolinas), incluyendo, por ejemplo, la cotorra de cabeza dorada (Cyanor-hamphus auriceps), el kakariki de frente roja (C. novazelandae) y el periquito de rabadilla roja (Psephotus haematonus). Si no encuentra padres adoptivos apropiados en su propio aviario, tal vez sus amigos aficionados a las aves puedan ayudarle.


La última posibilidad es permitir que se rompa el cascarón de los huevos en la incubadora y criar a mano a los polluelos usted mismo. Puede ser una tarea difícil y entretenida. Al principio, los polluelos deben ser alimentados cada dos horas, incluso por las noches. Así pues, al menos durante unas semanas, estará totalmente ocupado cada día y deberá organizar su tiempo para satisfacer a los bebes. La comida en si no plantea demasiados problemas, ya que existen diversas mezclas disponibles en el mercado.

Sin embargo, los polluelos criados por sus padres naturales estarán claramente más sanos y en mejores condiciones que los huérfanos. En la alimentación y el comportamiento, los padres reales pueden ofrecer más que nosotros.

A continuación, se explicarán algunas cosas referentes a la viabilidad del esperma del macho. No se fecunda de manera especial cada huevo. Las ninfas (carolinas) copulan frecuentemente (es la forma en que la naturaleza se asegura de que todos los huevos de la hembra estén fecundados). Además, el esperma del macho permanece fértil en el cuerpo de la hembra durante días y a veces semanas. Así pues, incluso si el macho por una u otra razón deja de estar con la hembra, los huevos pueden ser fértiles.

Raramente se da una gran variación en el tiempo de la incubación (que va de 18 a 21 días). Sin embargo, la temperatura, la humedad y otros factores pueden influir en el tiempo de incubación y puede provocar una diferencia de uno o más días en el tiempo necesario para que los huevos se abran.

LOS POLLUELOS

Como la mayoría de las ninfas (carolinas) empiezan a criar a principios de abril, la mayoría de los polluelos abandonan el huevo en junio y julio. El tiempo entre el primer huevo y los nacimientos es aproximadamente de dos meses. No se incuban los huevos durante los primeros días; pero luego sigue un período de incubación de unos 18 a 21 días.

Después de que los polluelos rompan el cascarón, los padres (la hembra en particular) difícilmente abandonan la caja-nido durante unos días, ya que los recién nacidos todavía no pueden mantenerse calientes. Un polluelo recién nacido pesa aproximadamente dos tercios del peso del huevo. El jovencito tendrá suficiente comida en la bolsa de la yema para ir tirando durante un tiempo, así que no necesita que lo alimenten de manera inmediata. Los ojos de los polluelos se abren al cabo de aproximadamente una semana.

Si cría a sus ninfas (carolinas) en una jaula interior bajo luz artificial, debe asegurarse de que los polluelos tengan luz mientras su madre los alimenta. Sin embargo, realmente no tiene mucho sentido que tengan luz durante más de catorce horas diarias. No apague la luz de golpe. Si lo hace, y la hembra que éste incubando o una hembra con polluelos recién nacidos está fuera del nido cuando se apague la luz, la nidada sufrirá porque su madre no será capaz de encontrar el camino de vuelta en la oscuridad. Por tanto, utilice un regulador de intensidad, aunque lo ideal es dejar encendida una luz nocturna de 7 vatios durante las horas de oscuridad.

ANILLAMIENTO

Puede anillar las patas de las ninfas (carolinas) entre los días sexto y décimo en función de su tamaño. Existen dos métodos para anillar al animal: el primero consiste en anillar a la ninfa por encima de los dos dedos anteriores y luego por encima de los dos dedos posteriores; el segundo consiste en sujetar los dos dedos frontales y el más largo de los dedos posteriores hacia delante, dejando el dedo posterior más corto detrás. Aunque la articulación sea gruesa, el segundo método es más sencillo, porque tiene la ventaja de que el diámetro de la anilla es justo un poco mayor que el de la articulación. Es bastante difícil pasar la anilla por encima del dedo gordo trasero (como en el primer sistema), especialmente si lleva a cabo el anillamiento un poco tarde. Una anilla cerrada para una ninfa (carolina) debe tener unos 5,4 mm. de diámetro.

Una vez que la anilla esté en la pata, compruebe que no se salga; si eso ocurre, espere un par de días y entonces repita el proceso. Una gran ventaja del anillamiento de las patas es que permite identificar individualmente a las aves sin tener que atraparlas. Por ejemplo, si tiene dos parejas de aves, anille la pata derecha a los jóvenes de la primera pareja y la izquierda a los de la segunda. Así puede seleccionar fácilmente una pareja que no sea de distinta sangre para la cría posterior.

Una vez roto el cascarón, los jóvenes permanecen cerca de 35 días en el nido. Como sucede con todas las demás aves similares a los loros, las ninfas (carolinas) son dependientes del nido; esto significa que las jóvenes deben ser alimentadas por los padres durante un período de tiempo relativamente largo antes de independizarse. Los padres normalmente criarán a sus polluelos ellos mismos sin problemas, siempre y cuando usted les proporcione una dieta adecuada. Cuando los jóvenes finalmente salen de la caja-nido, están un poco aturdidos y nerviosos. De hecho, es lógico si tenemos en cuenta lo nuevo y desconocido que es todo para ellos. Cuando entran por primera vez en la jaula de vuelo, pueden volar contra la tela metálica, ya que no son capaces de distinguirla ni de saber qué es. Por tanto, antes de que las ninfas salgan, sería una buena idea colocar ramitas o tela de saco contra e alambre. Asegúrese además de que las ninfas (carolinas) están todas en el refugio por la noche; un mal encuentro con un gato o una lechuza por la noche puede tener consecuencias fatales.

Los padres siguen alimentando a los jóvenes después de que hayan abandonado la caja-nido. Las ninfas jóvenes aprenden a alimentarse ellas mismas muy lentamente, por lo que deben mantenerse junto a los padres durante al menos tres semanas (un poco más no les hará daño). Sin embargo, cuando los padres estén preparados para empezar una nueva nidada, se mostrarán agresivos con los jóvenes.

Las nuevas ninfas (carolinas) presentan un plumaje juvenil. Mudan por primera vez en otoño (muda juvenil). Después de esta muda, adquieren su plumaje adulto. Es muy importante que la muda juvenil se lleve a cabo adecuadamente a fin que las ninfas (carolinas) jóvenes estén preparadas para el clima inclemente de finales de otoño y de invierno.

PROBLEMAS FRECUENTES

Durante el proceso de cría, algunas veces surgen problemas. Al intentar averiguar por qué algo ha ido mal, no eche inmediatamente toda la culpa a las aves. Examine las circunstancias e intente descubrir la causa haciéndose las siguientes preguntas:

· ¿He comprado aves de la mejor calidad?
· ¿Presentan las ninfas las condiciones adecuadas para criar?
· ¿Han tenido las ninfas el tiempo necesario para acostumbrarse a su nuevo hogar y la una a la otra?
· ¿Tengo realmente una verdadera pareja, un macho y una hembra? (No olvide que los sexos son difíciles de distinguir en algunas mutaciones de color).
· ¿Doy a las ninfas una dieta idónea y equilibrada?
· ¿Tienen las instalaciones adecuadas para anidar?
· ¿Están expuestas sólo a los mismos trastornos?
· ¿Hay aves agresivas y molestas en el aviario?

Si llega a la conclusión de que las respuestas a las anteriores preguntas no le dan la clave del fracaso, tenga un poco de paciencia y dé a sus ninfas (carolinas) otra oportunidad la próxima temporada. No se desprenda apresuradamente de ellas para adquirir nuevas aves; no todas las parejas crían a la primera orden de mando. De hecho, eso es una buena cosa; de otro modo la afición no presentaría retos y para muchos perderían atractivo. En realidad, sólo se es un verdadero aficionado a las aves si se puede, después de cada temporada de cría y después de cada invierno, seguir disfrutando con la afición a pesar de las contrariedades que puedan haber surgido. Recuerden que si es la primera vez que crían, es normal que no nazca ningún pollo, o bien que no los sepan criar, pero eso es normal la primera vez, si pasara otra vez, entonces deberían informarse del porque sucede eso y mirar si se puede remediar.

INDICACIONES PARA CRIADORES

1. Las ninfas (carolinas) que se tengan en aviarios espaciosos o grandes jaulas de cría es probable que quieran criar nidada tras nidadas. En tales casos, lo más sensato es quitar las cajas-nido. No debe dejar que sus ninfas aniden más de tres veces por temporada. Cuando la tercera nidada se haya completado, tenga cuidado con la siguiente; sus huevos deben retirarse y hay que desprenderse de ellos tan pronto como la nidada esté completa. Es posible criar ninfas (carolinas) en colonias. De hecho, algunos criadores obtienen mejores resultados cuando tienen tres o cuatro parejas juntas. Por supuesto, las parejas deben colocarse todas en al aviario al mismo tiempo. Las ninfas deben ser todas maduras y debe haber más cajas-nido que parejas. Tiene que estar absolutamente seguro de que tienen el mismo número de machos que de hembras.

2. Las ninfas (carolinas) pueden alcanzar la edad de veinticinco años; las hembras ponen huevos durante ocho o diez años, pero su fertilidad disminuye a medida que las aves envejecen; los machos pueden permanecer fértiles durante doce o catorce años.

3. Los polluelos producen una gran cantidad de excrementos en la caja-nido, por lo que sería sensato tener algún material absorbente colocado en el nido. No debe ser demasiado fino, o de lo contrario los polluelos podrían sufrir problemas respiratorios.

4. Si se observa que la caja-nido esta muy llena de excrementos, mire de cambiar las virutas o el material, para así poder prevenir muertes por asfixia o posibles creaciones de vacterias.

5. Otra cosa que puede ocurrir es que los padres den a los polluelos demasiado alimento verde, por ejemplo, y que los excrementos sean extremadamente húmedos y manchen el plumaje en desarrollo. En tales casos, debe añadir material absorbente adicional a la caja-nido.

6. No olvide examinar los dedos de los pies de los polluelos regularmente y, si es necesario, limpiarlos, quitando las duras borlas del final de cada dedo. Si no lo hace así, las ninfas serán incapaces de trepar por la escalera para abandonar la caja en el momento de la salida.

7. Durante la época de reproducción, las aves deben tener instalaciones para bañarse. Cuando el tiempo es cálido, las hembras por lo general hacen un buen uso del baño.

8. Por lo que respecta a la temperatura, los polluelos recién salidos de la caja-nido deben tenerse dentro del refugio cuando las temperaturas exteriores sean frías.

9. La dieta apropiada es especialmente importante durante la época de reproducción. Se aconseja darles tanto a las jóvenes como a las viejas, gravilla mineralizada, gravilla de concha de ostras y jibión de sepia. Darles también pan moreno remojado en leche a todas las parejas mientras están incubando y criando. Pero esto debe darse en porciones frescas regularmente, sobre todo cuando el tiempo es cálido, ya que se agria rápidamente. El pan que no se hayan tomado conviene retirarlo antes de que esto ocurra. También podéis cultivar en recipientes especiales semillas de diente de león y pamplina. No es conveniente recolectar estos alimentos verdes en el campo porque la pamplina puede albergar huevos de la lombriz Capillaria. Si puedes darles del jardín, sin peligro alguno, las cabezas de nomeolvides, mientras que las flores silvestre de madreselva son una exquisitez y muy sanas.

ELIMINACIÓN DE LOMBRICES A LOS POLLUELOS

Cuando las ninfas (carolinas) jóvenes alcanzan las diez semanas, deben ser libradas de las lombrices. Necesitan la mitad de la dosis recomendada para las ninfas adultas, y se les puede dar esa dosis hasta que los cinco meses de edad, después de lo cual pueden recibir la dosis adecuada para los adultos. Con la ayuda de otra persona, que se encargará de sujetar al ave, se le administrará a cada animal un vermicida (no olvide llevar guantes para protegerse de los picotazos del ave). Existen varios compuestos disponibles en el mercado que sirven para eliminar lombrices. Un excelente medicamento es el Fenbendazole, un líquido blanco que se administra a las aves según la dosis que recomiende el veterinario para cada caso. El fenbendazole es un medicamento de acción lenta, por lo que pueden pasar varios días después del tratamiento hasta que todas las lombrices hayan quedado destruidas. El veterinario también puede recetar Panacur (que contiene Fenbendazole). El Panacur se presenta en dos concentrados. Coja cinco gramos de Panacur y dilúyalo en granadina (o cualquier otro jarabe simple). Aumente la cantidad total de liquido a 20c.c. Un gramo de Panacur es un poco más de una cucharadita rasa. Como cada c.c. contiene 20 gotas, 20 c.c. bastan para aproximadamente 400 gotas. Antes y durante el uso debe agitarse la mezcla a conciencia, ya que el polvo de Panacur se posa en el fondo. La única desventaja de este medicamento es que no puede guardarse más que unos pocos meses ya que luego entra en proceso de fermentación. Sin abrir, el Panacur dura un año. Consulte a su veterinario sobre la dosis apropiada.

Vierta las gotas directamente dentro del pico con una jeringuilla o pipeta. No se preocupe si le ha dado a su animal una ligera sobredosis. Inserte la punta de la jeringuilla por un lado del pico. (A algunos aficionados les gusta colocar un tubo de unos cinco centímetros sobre la punta de la jeringuilla; luego se introduce el tubo por la garganta). Tenga mucho cuidado de que el medicamento no salga a chorros, no sea que entre forzado hacia el interior de los pulmones, un error que posiblemente sería fatal. Espere hasta que la ninfa (carolina) esté completamente relajada para administrar la medicina.

Los que son principiantes en esta afición a menudo temen llevar a cabo tales tratamientos; sin embargo, usted debería encontrar un avicultor en su zona que tenga experiencia en técnicas de eliminación de lombrices. Un consejo: sugiera a su asociación que invite a un veterinario o a un aficionado experimentad para que haga una demostración de tales técnicas en una de sus reuniones.

CRONOLOGÍA

Una vez que salen del cascaron, los polluelos se quedan unos 35 días en el nido. Estos, que dependen muchísimo del nido, deben ser alimentados por los padres durante un periodo de tiempo relativamente largo antes de que puedan forrajear por sí solos.

1. A los 10 días de edad, aproximadamente, las ninfas (carolinas) empiezan a emitir ruidos sibilantes cuando se las molesta. Cada vez que usted inspeccione el nido, por ejemplo, sisearán mientras se balacean cómicamente y levantan sus pequeñas crestas. (Este comportamiento también lo podemos observar en ejemplares adultos; a veces escupen y extienden los incipientes y diminutos cañones de alas plumas de sus alas).

2. A los 18-20 días de edad, el lunar naranja de la mejilla aparece tanto en grises normales como en las mutaciones de color que también lo posean. Las plumas de la cresta habrán crecido.

3. Al cabo de 27-32 días, las ninfas (carolinas) jóvenes se parecerán mucho a sus padres. Pesarán unos 80 gramos.

4. A los 35 días de edad, las ninfas jóvenes serán capaces de volar. Su primer día en el suelo lo pasarán con el cuerpo encogido, mirando hacia arriba en actitud interrogativa en busca de sus padres y a la expectativa de comida.

Es el momento para preparar alojamientos separados para las ninfas jóvenes. Tan pronto como las ninfas (carolinas) puedan alimentarse por si sola (a las dos o dos semanas y media después de abandonar el nido), deben trasladarse a alojamientos separados. Si usted cría en jaulas, deberá tener una o dos jaulas grandes colocadas cerca de la jaula de cría para que sirvan de zonas de vuelo. Es importante que las ninfas jóvenes tengan mucho espacio para hacer ejercicio. Como en el aviario, debe adosar ramitas al alambre e la jaula, para evitar que las aves inexpertas choquen contra él. Como las ninfas estarán en un entorno extraño, no sobre cargue el espacio con utensilios que pudieran ser peligrosos. Utilice unos buenos recipientes para que beban y coman (platos abiertos, así como dispensadores de semillas), algunas bañeras poco ondas y perchas adecuadas de grosor variado a fin de que las ninfas puedan fortalecer los músculos de las patas. En estas perchas desplegaran mucho sus alas, por lo que la jaula o aviario no debe ser demasiado estrecha.

1. Después de unas tres semanas, observará que las ninfas se han vuelto independientes. Ya no piden la comida a sus padres, sino que la encuentra ellas mismas.

EL CUIDADO DE LAS JOVENES

Si uno de los padres muere durante la cría de la nidada, el progenitor superviviente por lo común puede criar la nidada adecuadamente, sea cual sea la edad de los "huérfanos". Es una larga tarea para un progenitor solo, especialmente cuando los jóvenes han saltado del nido y se han situado en distintas partes del aviario. Sin embargo, el progenitor conoce bien la zona y maneja la situación sorprendentemente bien. Podría darse el caso de que uno de los padres muriera cuando los polluelos que están en el nido son realmente muy jóvenes todavía. En este caso debe vigilar bien la nidada. Si cree que esta cogiendo frío, coloque una lámpara de infrarrojos dirigida a la caja-nido desde una distancia de unos tres metros. Compruebe que el calor en la caja no sea demasiado intenso metiendo la mano de vez en cuando. Asimismo, vigile con regularidad si los buches de los jóvenes están debidamente llenos; de lo contrario, puede que tenga que recurrir a darles de comer a mano.

Incluso en circunstancias normales (esto es, cuando las jóvenes están siendo alimentadas por ambos progenitores), puede ocurrir que a uno de estos de repente no se le proporcione comida. Esta es la manera como la madre naturaleza muestra que una ninfa no esta sana al cien por ciento: una selección natural. En la jaula o aviario, esta ave no tiene por que estar enferma, pero por alguna razón sencillamente esta siendo desatendida. Lo mejor que se puede hacer es sacar al polluelo despreciado de la jaula o aviario y darle de comer a mano durante tres o cuatro días. Cuando el "desechado" haya alcanzado el grado de desarrollo de sus hermanos y hermanas, a menudo puede devolverse a la nidada sin más problemas.

Debe estar alerta a los problemas. Podría ocurrir que algunas de las aves jóvenes que acaban de dejar el nido de repente fuera incapaz de volar, incluso después de haberlo hecho perfectamente al principio. Parece que esto tiene algo que ver con la falta de vitaminas, lo cual se puede resolver añadiendo un buen preparado de vitaminas y minerales para aves a la comida y al agua de las ninfas, Siguiendo las instrucciones del fabricante. También puede introducir unas gotas en la garganta de cada ninfa. Después de unos días deberán haber vuelto a la normalidad.

Las ninfas (carolinas) son una de las pocas especies de loros que, si se tienen en un aviario espacioso, toleraran a los jóvenes de una nidada previa cuando críen una segunda. Por supuesto, el aviario debe tener el tamaño suficiente. Por lo general, los jóvenes no estorbaran a sus progenitores cuando estos críen. En ocasiones se ha visto que los jóvenes de una cría anterior siguen pidiendo a sus padres cuando ya hay otra nidada que alimentar, pero esto no supone un verdadero problema. Es necesario, sin embargo, vigilar al fogoso padre para que no se aparee con una de sus hijas. En tal caso es mejor llevarse a todas las hembras jóvenes del aviario. Si el macho se aparea con una de sus hijas, no se preocupe demasiado. La hembra joven no tiene edad suficiente para poner huevos.

Si tiene alguna dificultad para distinguir los sexos (un problema común cuando se tienen mutaciones de color), debe saber lo siguiente: cuando las ninfas se independizan, pero antes de la primera muda, los machos empiezan a cantar. Mantienen la cabeza erguida, con la cresa erecta, y emiten una serie de gorjeos estridentes o algo roncos. Las ninfas hembras no intervienen en estos conciertos que pueden durar media hora o más. Si tiene ninfas (carolinas) para vender, puede sacar buen provecho de esta "competición", ya que puede decir con certeza de que sexo es cada ave.

ABANDONO DE HUEVOS

Las ninfas (carolinas) que son demasiado jóvenes o inexpertas a veces no llevan a cabo como se debe las tareas de incubación. Una hembra puede morir después de poner los huevos. Uno de los cónyuges puede no participar en la incubación. Si no encuentra a unos padres adoptivos adecuados para seguir con el proceso de incubación, lo mejor es disponer de una incubadora. La incubación artificial de huevos no plantea ninguna dificultad; en cambio, la alimentación a mano de los polluelos recién salidos del huevo consumirá muchísimo tiempo, acabando a menudo con la paciencia de uno y siendo causa de muchas noches sin dormir.

LA INCUBADORA

Existen varios tipos de incubadoras en el mercado. De todos ellos, el mejor para un avicultor es el que se conoce como incubadora de aire forzado. Hay distintos modelos y precios. Una buena incubadora es la Marsh-Lyon Model T. S. 1 water termostad Unit (fabricada por la Lyon Electric Company de San Diego, California). El principal requisito para una incubadora, sea cual sea el modelo, es que tenga un termostato eficaz.

La incubadora debe colocarse sobre una base sólida en una zona donde las fluctuaciones de temperatura sean mínimas. Si la incubadora esta colocada al sol, podría convertirse en un horno en un santiamén. El termostato debe fijarse a 37,5º C con una humedad de 68%. Antes de colocar agua en la incubadora, compruebe la humedad de la habitación, que con frecuencia es más alta de lo que usted pueda imaginarse. Cuanto más alta sea la humedad fuera de la incubadora, menor será la cantidad de agua en el depósito de la incubadora.

LÁMPARA DE INSPECCIÓN DE HUEVOS

Además de la incubadora es recomendable adquirir una lámpara para inspeccionar los huevos y comprobar si son fértiles. Una luz de flash potente también puede servir. Sujete el huevo con cuidado entre el pulgar y el índice, o en una cuchara de huevos transparente, y haga brillar la luz del flash sobre la cáscara. Si el huevo es fértil, vera una mancha roja circular (embrión) de la que irradian venas de sangre. Se ha oído decir a algunos aficionados que se asemeja a una tela de araña con una araña gorda en medio. En un huevo estéril no aparece esta mancha.

LA INCUBACIÓN DE LOS HUEVOS

Los huevos colocados en una incubadora deben ser inspeccionados para ver si tienen alguna pequeña fisura o señal de golpe. Los huevos manchados con excrementos no deben lavarse porque pueden bloquearse más poros con bacterias. En los casos serios, se puede utilizar un papel de lija muy fino, pero se corren grandes riesgos, incluyendo la rotura total del huevo. En general los huevos sucios no plantean problemas, y se lavan solo en circunstancias especiales. Las fisuras y pequeñas cascaduras pueden repararse con esmalte de uñas transparentes.

Los huevos que han sido abandonados por un tiempo (especialmente aquellos que provienen de un aviario de exterior) se enfrían. No introduzca dichos huevos directamente en la incubadora, sino que colóquelos sobre un lecho de algodón en rama en una cajita y guárdelos en la habitación donde tenga la incubadora. Después de unas horas, coloque los huevos en la incubadora. Si todo va bien, el periodo de incubación será de 17 a 22 días. Por razones obvias, debe guardar un registro de las aves, y cuando llegue el decimoséptimo día, debe estar especialmente alerta por si lo huevos eclosionan. Diez días después de poner los huevos en la incubadora, se le aplica la luz de la lámpara citada en el apartado anterior para ver si alguno es estéril. Se hace una señal en los huevos estériles y se comprueban de nuevo cuatro días más tarde; si todavía son estériles, puede deshacerse de ellos.

A fin de evitar las infecciones deben manejarse los huevos siempre con las manos limpias. Evite también exponerlos a la luz de la lámpara durante demasiado tiempo, ya que el calor generado puede ser peligroso para el desarrollo del embrión. Después del decimosexto día, deje de darle la vuelta a los huevos y añada agua a ala incubadora para asegurarse de que la humedad se mantiene por encima del 70%. La investigación ha demostrado que esto facilita la eclosión.

LA ECLOSIÓN

Si la incubadora dispone de una tapa transparente, podrá observar la maravilla de la eclosión desde cerca. Si emerge un polluelo activo con un cuerpo de color rosado tirando a rojo, tiene usted un ave sana. Algunos polluelos salen del cascaron en muy poco tiempo, mientras que otros pueden tomarse hasta 40 horas para emerger. Si alguno tarda más, examínelo de cerca pero no se apresure a intervenir. Si actúa demasiado pronto, el polluelo puede morir.

Si el recién nacido presenta un aspecto pálido y blancuzco, con restos de yema adheridos todavía a su vientre, ha actuado demasiado pronto y dicho polluelo está condenado. Si sospecha que un embrión es débil, no se moleste en ayudarlo a nacer, porque un ave demasiado débil para romper el cascarón normalmente vivirá un día o dos y no podrá hacerse nada para evitar que muera.

Suponga que tiene un huevo del cual sospecha que un polluelo es incapaz de liberarse. Los días de incubación han pasado y el huevo debería estar listo para eclosionar. Esta esperando que emerja un polluelo totalmente sano pero no ocurre nada en tal caso se sigue el método del experto en periquitos Gerald S. Binks, descrito en su fascinante libro Best in Show. Binks ha preparado una tabla para guiar la decisión sobre si intervenir o no:

Sugiere poner el huevo en cuestión en una toalla de baño gruesa precalentada, con la parte del huevo que esté agrietada lo más cara a usted que sea posible. Corte una circunferencia alrededor de la fisura con una cerilla de madera afilada. Asegúrese de corta a través de la membrana que está bajo la cáscara. Verá un poco de sangre en el proceso, pero si ha medido el tiempo correctamente y todo lo demás va según lo planeado, habrá usted ayudado a traer al mundo un polluelo sano (véase la tabla).



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LA CRÍA A MANO

- La criadora

Tan pronto como los polluelos hayan salido del cascarón, trasládelos de la incubadora a la criadora, que puede ser una jaula hospital, un viejo acuario o una caja de madera con la parte frontal de cristal. La criadora de calentarse desde arriba con dos bombillas de 60 vatios. Al principio, mantenga una temperatura constante de 37,5º C y a medida que los polluelos maduren, reduzca la temperatura gradualmente, pero no menos de 30º C. Tan sólo cuando sea lo bastante independientes para ser alojados en un aviario de exterior, pueden aclimatarse a temperaturas más bajas.

En el mejor de los casos, las temperaturas en la criadora deben controlarse con un buen termostato, ya que los polluelos no pueden soportar los cambios bruscos de temperatura. A medida que las aves crezcan, abandonarán de cuando en cuando la fuente principal de calor, y eso no las perjudicará en absoluto.

- La alimentación

No tiene sentido que usted prepare su propia comida de cría, pues existen buenas comidas para criar a mano en el mercado y todas vienen con instrucciones. La mayoría de las fórmulas solo necesitan que se les añada agua envasada (no destilada) y caliente (37,8 - 42,2º C). Para dar estas fórmulas a los polluelos utilice un cuentagotas de plástico, una jeringuilla o una cucharilla de café con los lados doblados hacia adentro.

Cuando ve a las ninfas (carolinas) recién salidas del huevo, se dará cuenta de lo pequeños y blandos que son sus picos, especialmente si los compara con los utensilios que usted vaya a usar para alimentarlos. Si golpea suavemente la parte superior del pico con una cucharilla, el polluelo abrirá el pico. Si no lo abre, debe usted ayudarle, con mucho cuidado, con una cerilla de madera afilada. En cuanto el pico esté abierto, deje caer una gota diminuta de agua en la garganta. El ave se la tragará. Al cabo de unos pocos intentos, el polluelo sabrá lo que está ocurriendo y abrirá el pico cada vez que se lo acaricie con un utensilio para alimentarlo.

Cuándo dar de comer: El polluelo recién salido del huevo no necesita comer durante las primera 10 o 15 horas. Luego, empiece con una gota de agua templada; al cabo de una hora, otra gota con un poco de jibión de sepia limpio en polvo (es decir, blanco puro) y yogur puro; una hora después, otra gota de lo mismo. Más tarde, déle unas pocas gotas de dieta de cría a mano muy poco espesa cada hora, y una vez al día, añada un poco de yogur a la mezcla, ya que contiene vitamina K, la vitamina que facilita la coagulación de la sangre. Esta vitamina también puede obtenerse de algunas clases de cereales y habas de soja, los cuales suelen estar incluidos en la comida de cría, por lo que no es absolutamente necesario incluir el yogur. No obstante, aunque el yogur no es la comida favorita de las aves, es bueno proporcionárselo como alimento adicional.

El siguiente es, a grandes rasgos, un programa de alimentación desde el día 4 al 25:

1. Días 4-9: Déle de comer cada dos horas permanentemente, aunque no es necesario alimentarlo entre la medianoche y las cinco de la madrugada. La fórmula debe tener la consistencia de la leche cremosa.

2. Días 10-14: Déle de comer cada tres horas desde las cinco de la madrugada hasta la medianoche. La consistencia debe ser la indicada arriba.

3. Días 15-20: Déle de comer cada cuatro horas una fórmula ligeramente más densa que la citada arriba. Después de 20 días, las aves deben alojarse en una jaula con perchas bajas y un cuenco poco profundo con agua. Como las aves jóvenes de esta edad son muy curiosas y picotearán todo lo que esté por el suelo o en la tela metálica, se recomienda ofrecerles los siguientes "tentempiés": ramitas bien lavadas de sauce, avellano o manzano (córtelas de manera que midan unos 2,5 m de largo); alpiste de canario triturad; jibión de sepia en polvo (limpio y blanco); un poco de masón al huevo, y ramita de mijo, la cual debe mojarse en agua hirviendo para eliminar cualquier organismo potencialmente portador de enfermedades.

4. Días 21-25: Déles la formula de cría a mano dos o tres veces durante el día. Use la fórmula con la misma consistencia, pero introduzca a su libre elección semillas germinadas y ramitas de mijo (fresco y sin calentar), para animar a los bebes ave a forrajear por sí solos. Mezcle un poco de la fórmula seca con las semillas empapadas. Déles también masón al huevo, polvo de jibión de sepia, rodajas de frutas y verduras y gravilla fina.

Los polluelos criados a mano serán muy afectuosos y fáciles de domesticar. Después de todo, ve a su criador como si fuera su padre. Es más, las aves criada a mano serán buenas reproductoras y es casi seguro que traerán al mundo una nidada fuerte.

Cómo dar de comer: Añada a la fórmula agua envasada caliente (que no sea destilada y que esté a 37,8 - 42,4 ºC) o zumo de manzana. Mézclela bien hasta que adquiera la consistencia de la leche cremosa. Nunca administre la fórmula demasiado espesa, ya que se coagularía en el buche del ave y no podría pasar al estomago. Si da al bebé ave agua tibia y masajea suavemente el buche, podrá solucionar este problema. No obstante, si el buche permanece lleno o si no está vaciando correctamente, es posible que exista un problema digestivo; consulte entonces a un veterinario o a un criador de aves experimentado inmediatamente.

Llene el cuentagotas de plástico para ojos o la jeringuilla con la fórmula, o deje caer las gotas suavemente con una cucharilla de té cuyos lados hayan sido doblados hacia dentro. Todos los utensilios de alimentación deben estar a una temperatura lo más cercana posible a la de la fórmula: 37,8 - 42,2º C.

Utilice un solo instrumento de alimentación y un solo plato para cada bebé ave; nunca moje un instrumento de alimentación dentro del plato de comida de otro bebé ave después de que haya tocado la boca del primero. Esterilice sus utensilios de alimentación después de cada comida.

Mantenga la temperatura correcta para la fórmula durante todo el proceso de alimentación colocando el plato con la fórmula en una olla de agua caliente (37,8 - 42,2º C).

Coloque al bebé ave en una superpie plana sobre una toalla de baño que no queme y sosténgalo con la mano en forma de cuenco (¡y calentada!). Cuando el bebé no quiera abrir el pico, golpee suavemente el pico con el utensilio para dar de comer.

Examine siempre el buche del ave antes de alimentarla para determinar la frecuencia y el volumen de la alimentación. Recuerde que un buche no debe estar nunca completamente vacío. El buche suele vaciarse en tres horas y media o cuatro. Pero no llene el buche en exceso porque podría provocar la regurgitación hacia la garganta y hacia dentro de la tráquea, lo que podría causar incluso la muerte del animal. Deje de darle de comer inmediatamente si la comida empieza a volver hacia dentro de la boca. No vuelva a empezar a darle de comer hasta que la boca esté completamente vacía.

El ritmo de la alimentación debe estar sincronizado con el acto de tragar. En cuanto el bebé trague, lo cual va acompañado de un movimiento acompasado de la cabeza arriba y abajo, administre la fórmula rápidamente. Coloque el utensilio en la boca, sobre la lengua.

Después de cada comida, enjuague el interior de la boca del ave con algunas gotas de agua caliente (37,8 - 42,2º C). Limpie también el pico, la cabeza y otras partes del ave, así como el ano, con agua tibia y luego devuelva al bebé a su cálido criadero.

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