13-11-2013, 04:32 PM
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Han pasado 11 años desde el desastre del Prestige, que pasará a la historia como una de las páginas negras del medio ambiente en España, pero también como una de las más brillantes lecciones de civismo y solidaridad ciudadana. Ante la tardanza en actuar de la administración, hubo una inmediata respuesta social. Esa ola blanca de voluntarios alivió el efecto del vertido y demostró que la sociedad estuvo muy por encima de los gestores públicos que gestionaron la emergencia.
España necesita tribunales especializados de medio ambiente capaces de afrontar casos de este calibre. Hemos esperado 11 años y no hemos avanzado ni en la prevención de desastres ni en asegurarnos de que el que contamina paga
Durante la crisis del Prestige, SEO/BirdLife movilizó a miles de voluntarios que limpiaron playas y recogieron aves, organizó hospitales de fauna y coordinó la relación con organismos científicos de todo el mundo
Nuestro informe sobre los efectos del vertido señala que se registraron 23.181 aves petroleadas en España, Portugal y Francia, ascendiendo la estima a 230.000 ejemplares afectados por el fuel
IMPACTO DE LA MAREA NEGRA DEL PRESTIGE SOBRE LAS AVES MARINAS
Informe de SEO/BirdLife
Una muestra más de la lentitud de las administraciones es que se haya tardado tantos años en juzgar los hechos. Justo hoy, nada menos que 11 años exactos después, se ha conocido la sentencia que absuelve a todos los acusados, considera acertada la decisión de alejar el petrolero de la costa y condena a la aseguradora a pagar 22 millones de euros por responsabilidad civil. Hemos esperado una década para llegar a este frustrante y decepcionante fallo judicial. Los daños económicos del Prestige fueron de miles de millones de euros y los ambientales ni siquiera han acabado todavía de pasar factura. Pero todo ese coste y esa pérdida de ambiental tendrán que asumirlos todos los españoles, pues no habrá quien repare los daños. La Justicia, en este caso, ha sido incapaz de hacer justicia.
Para SEO/BirdLife la sentencia es la última decepción en un caso lleno de ellas. Hemos esperado impacientes 11 años para que se haga justicia ante una de las mayores catástrofes ambientales de nuestro país y hemos perdido 11 años en prevenir que algo así vuelva a ocurrir y en estar preparados para que se haga justicia en el caso de que suceda, asegura Asun Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife, quien añade: La catástrofe del Prestige nos desprestigia.
Esta sentencia nos debe hacer reflexionar sobre una triple debilidad: la de nuestros tribunales para proteger el medio ambiente; la de los gobiernos a la hora de legislar para que se pueda hacer una defensa sin fisuras ante una emergencia de este tipo, y la tercera y más importante, la debilidad social que se deriva de las anteriores y que nos impide gozar del derecho al medio ambiente digno reconocido en el artículo 45 de la Constitución, añade la directora ejecutiva de SEO/BirdLife
La imposibilidad de fijar de modo concreto la responsabilidad civil es consecuencia de la falta de tribunales especializados en medio ambiente y debidamente dotados. Hace más de 30 años que España debió contar con ellos, de acuerdo a las recomendaciones del Consejo de Europa. Además, en material de responsabilidad civil, en España todo lo que hemos hecho es transponer, en 2007, la Directiva Europea de Responsabilidad Ambiental, que es un marco que tampoco asegura que el que contamina pague todos los daños.
Actuación de SEO/BirdLife durante la crisis del Prestige
Durante la crisis del Prestige, SEO/BirdLife movilizó a miles de voluntarios, puso en marcha hospitales de fauna para aves petroleadas y llevó a cabo la coordinación con organismos internacionales para realizar la valoración técnica y científica de los efectos del vertido. En concreto, desde el miércoles 13 de noviembre de 2002, SEO/BirdLife paralizó su actividad habitual para centrar todos sus esfuerzos, recursos humanos y económicos en dar respuesta a la catástrofe. Los contactos inmediatos se establecieron con el Grupo Ibérico de Aves Marinas (GIAM) así como con BirdLife International, presente en 120 países, y algunas organizaciones conservacionistas de ámbito nacional.
SEO/BirdLife envió escritos al conselleiro de Medio Ambiente de Galicia, a Salvamento Marítimo y a la Subdirección General de Seguridad Marítima, poniéndose a su disposición, y avisó al IFAW (International Fund for Animal Welfare) para que desplazara un equipo de emergencias desde Estados Unidos, ante la sospecha de que el petrolero podría partirse en dos en cualquier momento.
A partir del 19 de noviembre, cuando se hundió el Prestige, la coordinación de miles de voluntarios fue gestionada desde SEO/BirdLife, que creó un equipo de coordinación; una oficina de emergencia; un operativo de recogida de aves en las playas; elaboró y distribuyó protocolos de manejo de aves y análisis post-morte y creó un centro de rescate en Cantabria. La oficina y los centros de tratamiento de aves estuvieron activos durante nueve meses con el esfuerzo de SEO/BirdLife.
Además de coordinarse con las administraciones públicas y demás organizaciones conservacionistas, SEO/BirdLife analizó y evaluó los efectos del vertido. En nuestro informe Impacto de la marea negra del Prestige sobre las aves marinas se recoge toda la información y se dan los resultados del impacto sobre las aves marinas. Entre el 16 de noviembre de 2002, cuando se recogió el primer ave petroleada, hasta el 31 de agosto de 2003, se registraron en las costas españolas, portuguesas y francesas 23.181 aves (6.120 vivas y 17.061 muertas) correspondientes a más de 90 especies.
De las 6.120 aves recogidas vivas que fueron atendidas en los distintos centros de recuperación habilitados para su rescate, se consiguió liberar, hasta el 31 de agosto de 2003, 604 ejemplares correspondientes a 34 especies.